Antología Cotidiana

El corazón dividido.

Necesito dos amores,

Me dije pensativo,

Mientras el vapor

Escapaba de mi café.

Preciso un amor ideal,

De esos que te abrazan

En el invierno,

Qué te cuidan del frío

Necesito un amor que me cuide

Cómo yo no lo hago.

Qué me quiera siempre,

Incluso cuando yo me odio.

Ese amor que te dice:

Todo va a estar bien.

Y le crees a ciegas,

Porque crees en el.

Qué una los retazos rotos,

De un corazón cruel,

Un corazón dividido,

Qué llora el otoño en enero.

Un amor verdadero,

De esos que en las películas,

Siguen incluso luego

Qué se hunde el barco.

Que quiera estar conmigo,

No por necesidad,

Si por elección

Y me elija a mi.

Qué se siente en mi sillón,

Pregunté por mí día

Y mire junto a mi la tele,

Mientras juega con mi pelo.

También preciso otro amor,

Un amor de noche,

De esos que entran a tu cama,

Pero no a tu vida.

Un amor del vicio,

Qué ame destruirse conmigo.

Qué odie el día,

Porque la noche nos envuelve.

Necesito ese amor

Qué me desee y quiera que la desee.

Ese amor en el cual el fuego

Brilla con el sudor del cuerpo desnudo.

Anhelo ese amor que grita mi nombre,

Qué rasguña mi espalda,

Arañando mi piel,

Pero nunca el corazón.

Ese amor del derroche

Qué vive en un hilo,

Qué no sabe de reproches,

Y esta noche es mío.

De veredas borrachas

Y esquinas mal iluminadas,

Qué se esconde y agacha,

Acaba y escapa.

Necesitaría dos amores,

Ambos fuertes.

Uno que goze conmigo el sabado

Y otro que me acompañe el domingo

Un amor que sea fuego

Y me incinere con el,

Otro que sea mar

Y me de su paz de miel.

Qué uno acaricie mi piel

Y otro acaricie mi espalda.

Qué uno abrace mis hombros

Y otro que abrace mi alma.

Uno de esos que engalane,

Qué con sonrisas seduce.

Otro de esos escotados

Con curvas de esas que abducen.

Quiero ese amor que me ame

Y aquel que me use,

Pero quiero que sean el mismo,

Espero no pedir demasíado.