Conversación con el pasado.

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El viejo teatro estaba cerrado mientras caminamos frente a él aquel día.

Podrías escribirme una obra, me dijo. O acaso escribirme una ópera donde una dama excedida de peso desahogaria su voz.

Podría, le dije sonriendo. O podría hablar del vacío, de aquella punzada en el pecho cuando río y te recuerdo, cuando camino junto a tu fantasma frente a un teatro cerrado.

Y así como un hechizo ella se desvaneció en el aire, como cada noche mientras la extrañaba.

Para mis adentros sabía que podría escribir sobre lo que fuera, sobre el miedo, el dolor o las drogas, sobre la infatigable adicción que me atrapa o la sofocante obsesión de sus miradas… pero ya nunca podré escribir otra historia de amor.

Antología CotidianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora