Desde el abismo

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No hay recuerdos felices.
No hay tardes soleadas.
No hay más que días grises
Y el perderme en la nada.

Busco evitar la caída,
tirado en el piso.
Quiero escapar del laberinto,
enamorándome del mismo.

No sé escapar a la tragedia
Pues en ella soy experto
Mí vida es como una comedia
Donde el protagonista ha muerto.

La princesa estaba triste,
Y le di mí felicidad.
Ella dio sus labios de fresa
a la siguiente casualidad.

Hoy, solo en el infierno,
Siento que aquí me siento mejor.
El alma de un niño tierno,
Triste, terco, encantador.

Combativo y depresivo,
Agotado y desesperado,
No tengo risas ni motivos
Para no estar aquí atrapado.

Soy experto en perder
Y es que estoy acostumbrado.
Suelo perder amigos
Por no saber estar callado.

Suelo perder amores,
Porque olvidé como amar.
Suelo romper corazones
Porque olvidé como olvidar.

Suelo perderme a mí mismo,
En escapismos y alcohol.
Suelo encontrarme dormido
Buscando mí alma en un cajón.

A veces me armo de coraje
Y me dispongo a pelear,
Luego muero en el combate
Pero aprendí a resucitar.

Cuántas noches en vela.
Cuántas tardes apagado.
Cuantos días de miseria
Besando a un triste cigarro.

Tanto rencor y enojo
Que aún no aprendí a soltar.
Quizás sea solo un despojo
Que cree poder mejorar.

Desde el abismo veo más claro,
Odio la felicidad,
Que nos vincula a la idiotez
De negarnos la verdad.

Antología CotidianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora