Capítulo 12- "Encerrada en el dibujo de un recuerdo"

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Ok... antes de empezar el cap quiero avisar que estoy poniendo dos canciones, porque cada una es para un momento diferente, así que la primera está aquí arriba y la segunda la encontraran cuando me parezca correcto, je je. 

Tatiana

Es la primera vez que veo a Nick en los días que llevo aquí. Ni me esforzaría en llevarle la contraria a Nat cuando dijo que su hermano me estaría evitando. En algún lado se habrá estado quedando. No sé dónde, pero definitivamente no ha ido a su casa ni para dormir.

Aun cuando traté de convencer a Natalia de que yo podría dormir en otro lugar, que bien podría irme, tanto ella como sus padres han insistido en que me quede con ellos.

Mis días se han resumido a despertar tarde y con los ojos un tanto irritados, comer algo, pasar la mayor parte del tiempo dibujando, sobre todo estando en el cementerio. He venido todos los días desde que me fui del pueblo.

Fui algo estúpida y sin pensar en los días traje poca ropa en mi bolso. Tomé la decisión tan de prisa que pensé que tampoco tardaría mucho en volver. Pero no. Llevo al menos tres días aquí, y ya me estoy quedando sin mudas de ropa, por lo que Nat se encargó de prestarme la camisa más holgada que tuviera, algo con lo que me sintiera lo suficiente cubierta y cómoda, tanto para mi como para el mundo.

Finn se acerca hasta quedar a mi lado y mantengo mi vista en Nick, quien se ve frustrado mientras nos ve fijamente hasta que se limita a aplanar los labios y seguir los pasos de su hermana y Jade hacia el estacionamiento.

No veo a Finn cuando camino hasta el banco donde me encontraba antes y vuelvo a sentarme, por el rabillo de mi ojo puedo ver que se sienta a mi lado y trato de ignorar su mirada curiosa sobre mis blocks de dibujo.

No sé qué hace aquí, pero prefiero ahorrarme las preguntas. No quiero ni imaginar lo que estará pensando en este momento. Digo, no es que me importa eso realmente... pero viene hasta aquí buscándome para encontrarme en... un cementerio, con la vista perdida en la nada, posiblemente luciendo terrible, algunos blocks esparcidos en el banco dejando a la vista los dibujos algo tétricos que hago para relajarme a veces y a pocos pasos de la lápida de mi hermano... ¿qué tan incomodo es esto?

Agarra uno de los cuadernos de dibujo y pasa las hojas distraídamente, trato de ignorarlo lo mejor posible. A decir verdad, ya me resigné, ya ni me esfuerzo en intentar alejarlo de ese tipo de cosas que se me hacen algo personales. De alguna forma siempre llega a ellas, ya sea porque se lo permito, o por como creo que pasa esta vez, porque se las ingenia para verlas de todas formas.

— ¿Sabes por qué estoy aquí?

Empiezo a hablar, no quiero darle oportunidad para interrogarme.

—Supongo que todos tenemos un lugar que nos inspira, o que saca a flote nuestros talentos —asume, como si yo hubiera venido todo el camino hasta aquí solo para dibujar algo que tengo más que grabado en la cabeza.

—No. Intenta de nuevo.

—También tengo otra teoría— Bueno, aquí vamos... Dicen que siempre volvemos a ese lugar en el que fuimos felices...

—Dudo mucho que mi lugar feliz sea un cementerio, Finn— lo interrumpo.

—No he terminado —me mira con los ojos entre cerrados. —Como decía, el defecto en eso está en que muchas veces ese recuerdo que creemos feliz puede incluso ser uno de los más dolorosos...

—Pero somos masoquistas y volvemos de todas formas...

—Algunos recuerdos lo valen... —hay un momento en el que ambos nos mantenemos en silencio, dejando la frase flotar entre nosotros y eventualmente perderse con la poca brisa que hay en esta ciudad. —Aunque de eso depende... ¿este recuerdo lo vale? ¿vale la pena todo ese dolor?

TatianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora