Capítulo 5- "Ataques del pasado"

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Tatiana: aquí vamos de nuevo.

Nena Nat: ¿estás lista?

¿Sinceramente? No lo sé...

«-Tatiana, debes bajar del auto. -dice Alan, sentado a mi lado dentro del auto en el que ya no sé cuándo tiempo tenemos dentro.

Puedo escuchar a la gente que se encuentra afuera. ¿Cuántos de ellos vinieron solo para hacerme preguntas ignorando el hecho de que aún no estoy lista para hablar? Es decir, me encontraron apenas hace unos días, quizá hace un mes, no lo sé, pasé un tiempo en el hospital y mucho de ese tiempo fue aprovechado casi enteramente por la policía ¿Cuándo terminaran todos estos interrogatorios?

-Querida debemos salir. No tienes que responder a sus preguntas si no quieres, solo ignóralos. -Paige trata de convencerme, pero no es que no quiera salir, es que siento que no puedo. No es un shock como cuando sucedió todo, es algo más como no querer hacer nada, no me siento capaz. Soy inútil.

Quizás solo pasé tanto tiempo permitiéndole al resto todo lo que quisieran, sin hacer el mínimo intento para detenerlos, sin tratar de defenderme, sin los ánimos para ello, que al final simplemente acabé por acostumbrarme a dejarme vencer.

Debes ignorarlos... Repito esa frase en mi cabeza, creo que es lo único que capté realmente de todo lo que mencionó. Pero llega un punto en el que aun cuando esas palabras son casi un mantra se van volviendo inservibles. No puedo vivir en una burbuja para siempre.

Créeme, los he estado ignorando por mucho tiempo. Los comentarios, los rumores, las historias. No he confirmado ninguna de ellas, pero tampoco me esfuerzo lo suficiente en negarlas.

Paige da un apretón en mi mano, demostrando su apoyo. Empiezo a creer que esa es su forma de decirme que no estoy sola, no hablamos mucho realmente, los primeros días ella solo lloraba y yo no sabía si eran lagrimas de alivio o si se trataba de saber que soy lo único que quedo de nuestra parte de esta desastrosa familia. Además de llorar, otra cosa que se volvió muy común en ese entonces fue pedir disculpas, pedir perdón por algo que claramente nunca fue su culpa. Conozco a los culpables y las razones, solo me queda esperar que sus disculpas realmente fueran en vano y no haya mas implicados de los que ya fui informada.

Alan pone su mano en mi hombro y se prepara para abrir la puerta y salir. Él me ha ayudado mucho en todo este tiempo, quiero pensar que es como el pilar de esta familia, se encarga de no dejar que nadie se derrumbe, si bien no puede impedir que me sienta culpable o que me sienta triste, puede intentar que nadie más decaiga, nos mantiene en pie. Y por más que de alguna forma confíe en él, no es como si fuera a soltarle toda la verdad solo por un pequeño palpite de que pueda tenerle confianza.

Lo que en verdad me preocupa respecto a él es, ¿Qué pasará si él es quién cae? ¿A él quién lo levanta?

Finalmente, Alan abre la puerta y sale, siendo seguido por mi y su esposa, Paige, quien aún sostiene mi mano. Hay mucho ruido, demasiadas voces, me aturden. Oigo preguntas, la mayoría dirigidas hacia mí, preguntas y más preguntas.

Siento un flash y me tenso aun más porque sé que eso muy posiblemente estará en las noticias, no quiero ni imaginar el encabezado que tendrá esto.

Siento que voy a entrar en pánico cada vez que me acercan un micrófono para entrevistarme. Dios, ¿Qué tan difícil puede ser realmente llegar con vida desde el auto hasta al menos la puerta de la casa?

- ¡Tatiana! ¡Tatiana Woods! -volteo a ver y de inmediato sé que debí quedarme en el auto.

Las preguntas no tardan en atacarme para reabrir esa herida que aun no sana y llegar hasta lo más profundo que puedan lograr afectarme.

TatianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora