Aruannie || One-shots

Sin ti

-¿Cómo ha estado?

Jean y Mikasa caminaban por los pasillos de la base de la Legión, él lanzó su pregunta con falsa ilusión, sabía que no recibiría una respuesta positiva, la abrumada cara de Mikasa se lo hacia saber.

-¿Tú cómo crees Jean? Ni siquiera puedo hacer que coma.

-Lo siento, quería creer que alguien como él superaría esto.

Bajó la vista, ahora se sentía mal no sólo por Armin, sino por Mikasa también, ella también estaba sufriendo.

-No eres el único que quiere creer eso

Los ojos del castaño giraron para prestarle más atención.

-Desde la muerte de Annie, él dejó de ser el mismo, ya...no puedo ver otra cosa en sus ojos que no sea dolor...

-Mikasa...

-Jean...él ya no quiere vivir...

Dejaron de avanzar, el hombre vio como la azabache dejaba caer lágrimas de sus ojos, Jean no dudó en tratar de consolarla.

La abrazó levemente, no podía pensar en que le diría Mikasa luego de esto, lo único que quería era detener su llanto y hacer que ese rostro fuerte y firme no vuelva a soltar una sola lágrima más.

-Vayamos a verlo, no podemos rendirnos..no con él.

Mikasa asintió, se separó del cuerpo de Jean, agradeciendole por su compresión en esta situación.

Llegaron al cuarto del ahora actual comandante, la azabache tocó la puerta, avisandole al rubio de su presencia.

-Armin. ¿Podemos pasar?

Solo hubo silencio, ningún sonido se dejó escapar por parte de esa habitación.

-Armin, solo queremos verte, abre por favor.

Jean trató de ayudar, pero nuvamente, solo silencio.

El castaño mostró una mueca de fastidio, sin siquiera consultarlo con Mikasa abrió la puerta, llevándose ambos una grata sorpresa, la habitación estaba vacía.

-¿Dónde está?

[...]

-Entiendo comandante, pero...¿Qué es lo que hará allá abajo?

-Por favor, solo vigila que nadie intente entrar, esa es tu orden.

-De acuerdo pero...¿Puedo hacerle una última pregunta?

-Hazlo rápido por favor.

-¿Para que necesita mi pistola?

El rubio no respondió, simplemente bajó las escaleras hechas de piedra hasta llegar al sótano donde Annie había estado cristalizada 4 años.

Se sentó sobre el frío y duro suelo, reposando su espalda contra el muro del sótano, observando detenidamente el arma que tenía en sus manos.

Estaba cargada, se aseguró de ello, pensaba en muchas cosas mientras asimilaba lo que estaba por hacer, recordaba la última vez que la vio con vida, ese momento donde ella partió de este podrido mundo, ese día, a sus ojos, no solo se perdió la vida de Annie, si no también la suya, ya que desde entonces él ya no encuentra un sentido en esta tierra.

No quiso sentirse nostálgico, pero estar en el lugar donde solía visitarla se lo impidió, como le platicaba acerca de los avances de la isla y como él se sentía respecto a todo ello, aunque a sabiendas de que solo hablaba con una roca gigante de cristal que no podía emitir respuesta lo seguía haciendo, y enterarse de que ella lo había escuchado todo este tiempo fue una sorpresa enorme, no había estado hablando sólo esos 4 años, ella lo escuchaba y eso bastaba para él.

La punta del arma ingresó en su boca, mientras sus dedos amagaban sobre el gatillo, cerró sus ojos con calma, dejó de ver la muerte como algo malo hace mucho, una pequeña lágrima se desprendió de su ojo izquierdo, para luego, comenzar a presionar el gatillo.

[...]

-Ya se los dije, el comandante me dio órdenes de no dejar pasar a nadie

-¡¿No lo entiendes?! ¡Si no entramos ahí él va a...!

Guardaron silencio, el sonido de un arma disparando los calló, el ruido provino el sótano, Jean y Mikasa ya se imaginaron lo peor.

Apartaron al guardia y bajaron las escaleras totalmente desesperados, al bajar hasta el final lo vieron.

La pared salpicada de sangre, al igual que el suelo, el arma tirada a un lado, y un cuerpo inmóvil recostado contra el muro sin signos de vida.

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¿Qué?

¿Que pasó?

¿Por qué acabo de despertar cómo si todo hubiera sido un sueño?

Oh, es cierto, este maldito suero que me salvó la vida...ahora no me deja quitarmela.

El agujero que quedó en mi garganta se curó sin problemas, jamás desee tanto que un titán me coma.

Aún me quedan 9 años de vida, solo esperame Annie, volveré a verte.

A donde sea que hayas ido, deseo ir allí también, por más que sea un infierno donde ahora te encuentras lo soportare con tal de volver a verte.

Ya no puedo aguantar más esto, el hecho de saber que te perdí y que no volverás, este dolor que siento por tener que seguir viviendo sin ti.