Família

3.6K 177 69
                                    

-¿Debés trabajar hoy también?--Preguntó una joven de cabello rubio--

-Si, pero trataré de llegar lo más temprano posible. --Sonrío de costado, dándole seguridad de que cumpliría su palabra--

-No es lo mismo...--Se notaba el tono depresivo en su mirada y las palabras que salían de su boca--

-Alice...yo también quiero pasar todo el tiempo que pueda contigo, pero sabes que esto es más que un trabajo, es mi obligación como comandante de la Legión de reconocimiento.

-Ya veo...así que tu cargo es más importante que tu hija... --Volteó la vista, lo que acababa de decir posiblemente le era más doloroso a su padre que a ella misma--

El mayor se levantó de su silla, se acerco a su hija, a pesar de que los ojos de ella no le prestaban atención la abrazó, haciendo chocar parte de su rostro contra la cabeza de su pequeña, el no lo notó, pero este pequeño gesto la ayudaba mucho. Armin Arlert, comandante de la Legión de reconocimiento, así era conocido actualmente, esa visión también era compartida por su joven hija de 15 años, Alice Arlert. Ella, aunque casi nunca lo demostraba, lo admiraba, demasiado podría decirse, amaba compartir tiempo con su padre, adoraba leer junto a el, ayudarlo en la cocina y en la limpieza de la casa, todo el tiempo que pasaba con él para ella era oro, demasiado valioso. Sin embargo, debía afrontar la realidad, Armin no podía estar con ella siempre, por lo que la mayor parte de los días se la pasaba sola, leyendo o simplemente caminando un poco por todo el distrito de Shinganshina. No tenía amigos, de hecho, ya había tenido problemas o conflictos con los demás chicos de su edad por el distrito, ella no era problemática, pero si veía algo que no le gustaba no dudaba en actuar, como robos o simplemente injusticias que no debían ocurir, tal es ese caso que decidió querer unirse a la fuerza militar, de ese modo, podría encargarse de toda la escoria que hay por ahí sin ser detenida o juzgada.

Le comentó esto a su padre, quien pese a no estar muy seguro le dio su aprobación, conocía perfectamente las capacidades de su hija, y estaba seguro de que ella podía con tal cargo, los 3 años siendo recluta la habían cambaido, pero no demasiado, seguía siendo aquella niña que adorba a su família...o tal vez no toda.

Tan pronto la vio a ella su rostro se tornó serio, se levantó de su silla y no dudó en ir a su cuarto, sin siquiera dirigirle alguna palabra, ni siquiera a su padre. Armin por otra parte no, aquella actitud de su hija lo desánimo un poco, pero ya hacía bastante que no veía a su amada esposa, todo ese tiempo en que no la tuvo en sus brazos, que no podía ver su frío pero a la vez tierno rostro, tiempo en el que ella en verdad le hacia falta, la necesitaba, su compañía era vital para él.

-Annie...--Se acercó a paso lento, teniendo pocos centímetros de distancia acarició su rostro, se veía tan hermosa como siempre--

-Armin...--Le sonrió cálidamente, mientras sus brazos rodeaban el cuello de su esposo--

Cortaron la poca distancia que quedaba, sus labios se unieron y la sensación parecía ser exactamente a la primera vez que se besaron, no importaba cuantos besos se dieran, siempre sentían que era la primera vez. El sentimiento no podía ser más profundo, meses sin verse, tanto tiempo que sus bocas no se juntaron, pero ahora, luego de mucho tiempo, vuelven, y podían sentir cuanto extrañaban los labios de su amante.

-No tienes idea de cuanto te esperé...

-Lo se, pero...ella no..¿cierto?. --Sus ojos perdieron brillo, o al menos eso pensó Armin, la mirada de Annie cayó, y su rostro felíz por el rencuentro con el amor de su vida ahora era uno depresivo sin emociones--

Aruannie || One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora