Juntos

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-L-lo...¿Lo logramos?


Se preguntaban todos conmocionados con la imágene frente a sus ojos.


-Armin...¿lo consiguió?


Veían atónitos a los "Dioses de la Destrucción", o como eran más conocidos, "titanes colosales" caer uno tras otro, terminando así el gran y desastroso camino de destrucción que el titán fundador inició.

Los Marlyanos con sangre de Eldia gritaron sin control con lagrimas de felicidad en sus ojos, los padres abrazaban emotivos a sus hijos, agradecidos con toda su alma de que nada malo les haya ocurrido.

Mikasa cayó rendida de rodillas, derramó lagrimas y volvió a ver el horizante, apreciando la "victoria".

Connie se dejó caer al suelo, aliviandose mucho más que otras veces, sintiéndose orgulloso de si mismo y de sus compañeros, justo como su madre estaría.

Jean se sentó junto a Connie, colocó su mano en el hombro de su amigo, sonriendo emotivamente y abrazandolo como nunca en su vida lo hizo.

Y Annie, quién seguía abrazada a su padre, observaba a lo lejos toda la destrucción, deseando que entre todo ese caos y oscuridad alguien muy importante para ella pueda regresar a ellos.


-Armin...


No podía sentir felicidad, pese a que la vida de su padre y millones de personas más estaban salvadas, nada de eso podía aliviarla, la intriga y la desesperación por el estado de Armin la carcomian por dentro.

Comenzó a llorar, apretando más fuerte a su figura paterna, mientras las lágrimas seguían cayendo y cayendo.

La angustia fue compartida por sus compañeros, quienes comenzaban a sentir el mismo dolor que ella, verla en ese estado los destruía a ellos también, no solo a su padre. Rogaban, rogaban desesperadamente que su amigo volviese sano y salvo, si eso no ocurría, entonces ellos no tendrían de otra que marcar este resultado como una derrota.


-Armin, lo lograste...salvaste a la humanidad, por favor...regresa...


Tras decir esas palabras, Connie golpeó dolido el suelo, cerrando con fuerza sus ojos y precionando sus puños, mientras las lágrimas no cedían.

Los demás a su alrededor comprendían tales sentimientos de los guerreros, por lo que se limitaron a guardar silencio abrumadamente.

Incluso Levi no tenía palabras que decir, pese a que estaba acostumbrado a perder a sus comandantes, el sentimiento de frustración y tristeza estaba siempre.

La esperanza de volver a verlo desaparecía con cada segundo que pasaba, se reusaban a aceptar la perdida de su ahora comandante, estaban artos, artos de tener que perder para poder ganar, de renunciar a aquello que más aman por el bien de los demás, pese a saber que en realidad, todas esas bajas son necesarias para el bienestar del resto de las personas de Eldia y Marley.


-¿Qué es eso?


Todos prestaron atención al Sr Leonhardt, que fue quien habló, giraron la vista hacia el frente, llevándose todos una grata sorpresa.

Uno de los titanes colosales parecía no haber caído a diferencia del resto, este seguía su curso, sin detenerse, comenzando a preocupar a los guerreros y a los Marlyanos.


-¡¿Pero qué?! ¡¿Por qué sigue moviéndose?! ¡¿Armin no detuvo a Eren?!


Aterrados todos, escuchaban las alteradas palabras de Connie, no podían pensar, sus equipos de maniobras fueron usados al máximo y no contaban con lanzas trueno, además no contaban con un lugar donde esconderse, se encontraban en el límite de Hizuru, no había salida, parecía ser que las palabras de Eren no habían sido en vano.

Aruannie || One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora