Amor prohibido

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Veía emocionado por la ventana del auto, me hallaba casi inquieto, la alegría que brotaba de mi rostro se podía sentir en todo el vehículo. El señor que conducía se detiene a verme por el espejo, noto como sonríe al notar lo feliz que estoy.


-Veo que estás muy emocionado. --Me dice mientras vuelve a dirigir sus ojos al frente--


-Lo siento señor, no puedo evitarlo, de verdad no sabe cuanto le agradezco.


-Oye, acabo de adoptarte, tendrías que decirme "papá".


-Lo siento, aún no me acostumbro. --Respondí penoso rascando una de mis mejillas--


-Tranquilo, con el tiempo lo harás, ya casi llegamos a mí...lo siento, "nuestra" casa, hay alguien a quien quiero que conozcas.

¿Alguien a quién conocer? ¿De quién podría tratarse? ¿Su esposa? ¿Alguna mascota? ¿Un amigo? No lo se, solo se que ahora tengo más deseos de llegar cuanto antes a mi nuevo hogar.

Pasados unos minutos finalmente llegamos. No es una casa muy grande, pero aún así no debo por que juzgarla, estoy seguro que por dentro debe ser mejor que por fuera, y así era.

Era muy acogedor, pese a no tener muchos muebles o cuartos muy espaciosos tenía su encanto. Mi ahora nuevo padre me guío por toda la casa, enseñandome la sala de estar, la cocina, el baño, su cuarto, y la habitación donde dormiria a partir de hoy. Al abrir la puerta, notó algo que llama mi atención, había dos camas.

Antes de que pueda preguntar, escucho a "papá" alzar la voz en forma dulce.


-¡Annie! ¡Quiero que conozcas a alguien!

Unos segundos pasaron, de pronto, veo como la figura de una niña un poco más baja que yo aparece. Tan pronto nota mi presencia, se esconde detras de las piernas de papá.


-Annie, quiero que conozcas a Armin, el será parte de nuestra família ahora, es decir, será tu hermano menor, saludalo. --Papá se agachó, sonriendole con cariño a "Annie", ella duda un momento, pero luego, con cierta desconfianza se acerca a mí y me extiende la mano--


-H-hola Armin...mucho gusto, yo soy Annie.

¿Qué ocurre? ¿Por qué de repente mi cara arde y mi cuerpo tiembla? ¿Por qué no puedo extender mi mano y responder a su gesto? Intento decir algo pero es como si no pudiese hablar, mis piernas tiemblan tanto que siento que me caeré en cualquier momento, no puedo dejarla ahí teniendo su mano torpemente, debo responder, pese a las dificultades que no logro explicar.


-M-mucho gusto Annie. --Correspondi a su saludo, tomé de su mano un momento, que rayos, es lo más suave que eh tocado, se siente bien supongo, talvez es por eso que no deseo soltarla--

Sonreí tímidamente para posteriormente soltar su mano, en verdad quería sentirla un poco más, pero supongo que no debe ser algo muy cómodo para ella.


-Bien, ya que ambos se conocen ire a hacer el almuerzo. Armin, si necesitas algo pideselo a Annie o a mí, pueden ver la televisión o jugar a lo que quieran, yo estaré en la cocina.

Se marchó del cuarto dejándonos sólos. Volteo a verla, cuando lo hago, veo como está recostada en su cama leyendo un libro, sonrio inmediatamente, a mi también me gusta leer, es lo único que solía hacer en el orfanato.


-A mi también me gustan los libros. --Digo alegre, sentandome en su cama--


-¿De veras? ¿Y que te gusta leer? --Me pregunta apartando la vista de su libro, mirándome con curiosidad--


Aruannie || One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora