Capítulo Once

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A M B E R

Lo que restaba de ese día no salí de la habitación, no supe en qué momento se fue Kassidy, pero al bajar hoy no había ni rastro de lo que pasó ayer.

Al entrar al gimnasio en vez de las lonas, sacos de boxeo y máquinas de hacer ejercicio, hay una gran mesa con todo tipo de armas y al final de lugar algunos objetivos. Sonrío emocionada al saber que estoy en mi área, y al ver las armas me siento más relajada.

—Hoy vamos a practicar un poco con esto —dice Tyler caminando hacia mí, como si nada hubiera pasado ayer, así que intento olvidarme de eso y concentrarme en el ahora —. Muéstrame lo que tienes. —señala las armas y sonrío confiada.

Hay todo tipo de armas en la mesa y me siento como un niño en la juguetería, pero empiezo por lo pequeño. Tomo un arma y tras fijarme que tenga el cartucho lleno camino al lugar de tiro.

Me pongo en posición y suelto tres tiros que van a dar en la cabeza de los tres objetivos al final del gimnasio. Tyler me observa sin dejarme ver ninguna emoción, cosa que ya es costumbre, así que al azar tomó otra arma y vuelvo a dar en el blanco.

En la pared veo el compartimiento de armas y sin saber porque me acerco. Hay varias armas grandes y entiendo porque no las puso en la mesa, podrían incluso destruir la pared. Pero no son ellas las que me llaman la atención, sino un arco de madera con detalles en plateado.

Como encantada con el objeto lo sujeto con cuidado y el arma se siente raramente familiar y cómoda, aunque en mi vida había sostenido una. Tomo el bolso con varias flechas de madera igualmente con detalles plateados.

—Quiero intentar con este —digo y Tyler asiente desde su lugar. Camino de vuelta pensando en lo idiota que me voy a ver cuando falle la flecha, en mi vida he tocado un arco y dudo mucho que pueda darle al blanco.

Con una soltura que me sorprende tomo la flecha y la acomodo tirando del hilo junto con la flecha. Sin acomodarme mucho tiro la flecha y al ver que da justo en el blanco doy un paso atrás impresionada.

«Bueno, siempre he creído en la suerte de principiante»

Tomó otra flecha repitiendo el mismo procedimiento y la flecha vuelve a dar en el blanco del siguiente objetivo impresionándome más de lo que ya estaba. Es imposible que sin nunca haber practicado pueda usarlo tan bien.

La adrenalina corre por mis venas como lava ardiente, nunca había sentido una emoción parecida y lo único que puedo hacer es tirar más y más flechas que van a dar al blanco sin ningún esfuerzo. Al acabar con todas las flechas soy la vuelta encontrando a Tyler que me mira entre impresionado y curioso.

—¿También tomaste clases de arquería? —pregunta acercándose a mí tranquilamente.

Abro la boca para decir que no, pero estoy segura que no me va a creer y que va a pensar que soy una mentirosa.

Es decir, ¿quién va a poder hacer lo que acabo de hacer sin nunca haber tocado un arco? ¡Es imposible!

Sin pensarlo mucho asiento y en ese mismo momento me arrepiento.

—Sí, una de tantas —miento sonriendo con naturalidad y se cree mi mentira asintiendo.

Ahora lo que falta es que fuera pura suerte de principiante y para cuando vuelva a intentarlo no pueda ni lanzar la flecha.

—Intentemos con esta —me pasa una metralleta e igual que con las anteriores le doy a los blancos.

Y en eso se reduce mi día, probando todo tipo armas con objetivos fijos y algunos que se movían.

Ella es Amber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora