Capítulo Treinta

1.3K 107 42
                                    

A M B E R

Abro los ojos sobresaltada llevando las manos inmediatamente a mi pecho donde no encuentro ninguna daga o cicatriz, simplemente mi pecho tapado con un vestido blanco que rápidamente reconozco.

Mi vista pasa por las paredes blancas de mi subconsciente hasta topar en Alice quien me sonríe mientras camina hacia mí.

—Pensé que nunca ibas a despertar, ya incluso te estaba dando por muerta —dice estirando su mano, la cual tomo para ponerme de pie.

—¿Qué pasó? O sea, sí sé que mi mamá Aria, sé que Aria me metió una daga en el pecho pero, ¿después que pasó? —pregunto volviendo a tocar mi pecho negándome a llorar o sentirme mal por lo que Ari me hizo.

—Tyler te llevó con el médico de la manada y estás luchando por tu vida en este momento —dice con una sonrisa triste y solo suspiro.

—No me quiero morir Alice, no quiero dejar a Tyler, no quiero que sufra más —digo dejando salir las primeras lágrimas y Alice sin pensarlo me abraza y lloro en su hombro y al pensar que básicamente estoy llorando en mi hombro suelto una risilla en medio del llanto —. Lo siento, no soy muy normal.

—Lo sé, eso fue lo que hizo que Tyler se enamorara de ti —asegura y la suelto dejando de llorar mientras la miro confundida.

—¿Enamoré a Tyler por ser rara? —pregunto sin entender a lo que se refiere y Alice suelta una risa delicada.

—No Amber, lo enamoraste porque eres distinta a mí, porque eres todo lo opuesto a lo que yo soy —dice y la miro todavía sin entender, por lo que empieza a explicar —. Sé que notas que no somos muy idénticas en personalidad, y Tyler fue lo primero que notó. Estaba acostumbrado a como yo era, calmada, siempre tratando de que todo estuviera perfecto, sin aventurarme a básicamente nada, completamente opuesta a ti, y de un momento a otro llegas tú, completamente loca, haciendo desastres en su vida que ya era un desastre y claramente le pusiste el mundo al revés y eso fue lo que lo enamoró.

—¿No te incomoda hablar de esto?

—Claro que no, sé que mi tiempo con Tyler ya pasó, fuimos muy felices en su momento y ahora estoy feliz porque ustedes dos lo son y por eso te tienes que recuperar Amber, tienes que volver con él —dice y noto la sinceridad en cada palabra, ella realmente quiere que seamos feliz, realmente quiere ver a Tyler feliz aunque no sea con ella —. Y si yo tengo que volver a morir para que ustedes sean felices estoy bien con ello, ya morí una vez y tuve la dicha de tener a Tyler entre mis brazos y hablar con él una vez más, con eso y con saber que estás con él me doy por satisfecha.

―¿Por qué hablas de tu muerte Alice? Eso no va a pasar, me voy a recuperar y vamos a sacarte de mi mente, tienes que vivir Alice, y si Tyler te escoge yo me voy tranquila, es tu vida la que debía seguir, yo solo soy una intrusa e independientemente de lo que haya pasado ustedes deben de estar juntos, para eso estoy aquí.

Alice niega con la cabeza como si yo no hubiera entendido nada de lo que dijo.

—Las cosas no son como crees Amber, no eres ninguna intrusa, eres el amor de la vida de Tyler, eres su verdadera alma gemela, yo solo fui un escalón para que ustedes pudieran estar juntos y estoy feliz de haber ayudado a que ustedes se conocieran —dice acercándose a mí y poniendo sus manos en mis hombros —. Aunque no hayamos tenido tanto tiempo de conocernos como hubiera querido sé como eres y sé que realmente amas a Tyler, así que hazlo muy feliz, porque ustedes después de todo lo que han pasado se lo merecen.

Estoy a punto de hablar cuando veo que las manos que tenía en mis hombros se van haciendo trasparentes, como si estuvieran desapareciendo.

—¿Qué está pasando Alice? —pregunto asustada al ver como parte de sus brazos también desaparece.

Ella es Amber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora