Capítulo Siete

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A M B E R

Parpadeo un par de veces tratando de procesar la información. Mis pensamientos son preguntas confusas y las palabras de Liam y Tyler repitiéndose en mi mente una y otra vez mientras me encuentro en un estado de shock.

—Bien, entonces, ¿quieren decir que la que debería estar aquí no soy yo sino Alice, entonces van a hacer lo que sea para tenerla de vuelta? —pregunto y todos asienten —. ¡¿Y dónde diablos quedo yo?!

Tyler con su frialdad de siempre me mira como si fuera estúpida.

—Tú no deberías existir, así que al tener a Alice de vuelta supongo que vas a desaparecer —dice como si no fuera la gran cosa, como si no estuviera hablando de mi muerte o desaparición.

—¡Piensan matarme para tener a su Alice! ¡Están locos! —chillo poniéndome de pie, histérica, con el corazón latiéndome casi en la garganta y el escuchando mi pulso detrás de mis orejas.

Una cosa es que te muestren que todo lo que ya sospechaba desde hace mucho es cierto, y otra muy diferente es que te digan que no deberías existir y que van a matarte o desaparecerte para tener a quien reencarno en ti.

«Esto es una locura, no puede ser cierto»

—No te queremos hacer daño, solo queremos a Alice de regreso, y no podemos tener a las dos, tienes que cumplir tu función aquí —dice Liam, con su tono calmado como si no estuviera pasando nada de esto.

—¡Función y una mierda! No tengo ninguna función más que vivir mi vida, así que seguiré haciendo eso. Lo siento mucho porque no puedan recuperar a su bella Alice, pero yo me largo de aquí —me doy la vuelta y empiezo a caminar, pero rápidamente tengo el cuerpo de Tyler frente a mí.

—¿Te tengo que recordar que no es tu casa y no puedes decidir cuando largarte y cuando no? Estás en mi casa, así que no te vas a ir hasta que tenga a Alice conmigo, te guste o no te guste —demanda con voz baja y amenazante, todo su cuerpo está completamente rígido y tenso, y noto en su mirada un brillo dorado, que hace que de varios pasos atrás recordando lo de anoche.

—Tyler, cálmate —pide Liam dando pequeños pasos hacia donde nos encontramos. Tyler suelta un gruñido y doy un respingo.

—Lobito cálmate, no queremos que la bella Amber termine muerta, así que cálmate por favor —digo con tono dulce y bajo, y contra todo pronóstico los ojos de Tyler vuelven a su azul natural y niega con la cabeza.

—Liam, llévala a la habitación —ordena y Liam empieza a caminar hacia acá. Niego con la cabeza dando un paso al frente.

—No, de aquí no me voy a ir. Tyler de verdad entiendo todo lo que has pasado, pero tiene que haber otra forma —digo despacio, pero sin miedo y tratando de hacerle entender que conmigo no va a poder.

—¡¿Cómo puedes decir que me entiendes?! ¡Llevo un siglo esperando por Alice, para que quien me llegue sea una niñata malcriada que no sabe hacer nada! —sus ojos vuelven a ponerse dorados, un dorado brillante, pero sin miedo doy un paso al frente cuando el retrocede dos —. No hay otra forma, quiero a Alice, y voy a tener a Alice conmigo.

—Tyler, ya, no dejes que la furia te controle. Cálmate, solo así puedes hacer las cosas bien —digo, pero no siquiera sé de dónde salen esas palabras, no es lo que yo hubiera dicho y mis palabras parecen romper la coraza de hielo de Tyler. Sus ojos vuelven al color azul y se cristalizan como si estuviera a punto de llorar.

—¿Alice? —susurra dando pasos pequeños hacia mí, con la esperanza brillando en sus ojos y me da lástima romper otra vez su corazón al decirle que no, que siempre soy Amber, que no he cambiado.

Ella es Amber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora