Capítulo Nueve

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A M B E R

—No puedo más.

Jadeo en busca de aire dejando de correr y tirándome al suelo.

Ni bien había terminado de comer cuando salieron de la oficina y me dijeron que teníamos que empezar a entrenar ya mismo. Obviamente mi lado perezoso buscó alguna excusa y terminé diciendo que con esa ropa no podía entrenar, a lo que me dijeron que se encargarían.

Menos de una hora después tenía frente a mí un par de conjuntos deportivos que raramente eran de mi misma talla. No sé de donde los sacaron, pero no pude poner más excusas y ahora llevo una eternidad corriendo.

—Vamos Amber, no llevamos ni cinco minutos corriendo y ya te estás muriendo —escucho a Liam hablar por lo que levanto mi cabeza, que tenía enterrada en el césped y lo veo trotando hacía mí. Vuelvo a enterrar la cabeza y siento unas manos tirando de mí hasta ponerme de pie y me encuentro la cara de Liam frente a mí —. Vamos que este es solo el calentamiento.

—¿Calentamiento? —jadeo e intento tirarme otra vez al suelo, pero Liam me sostiene y me hace empezar a correr junto a él.

Tyler y Nick están esperándonos en el gimnasio, para «acomodar todo», a mi parecer solo buscaron una excusa para no correr.

Quince minutos después, llenos de quejas por mi parte y regaños de parte de Liam llegamos al gymnasio y al entrar varias máquinas de hacer ejercicios, sacos de boxeo, pesas, y áreas libres me reciben.

—¿Por qué tardaron tanto? Dije quince minutos, no veinticinco. —nos recibe Tyler con los brazos cruzados, pero no es su mirada enojada la que me distrae, sino como sus músculos se contraen y como el Six-Pack se marca en la camiseta blanca.

—Esos diez minutos fueron descansos que se dio Amber tirándose al suelo —responde Liam yendo por dos botellas de agua y dándome una, tomo el líquido como si en años no lo hubiera consumido y al terminar miro a Tyler.

—¿Comenzamos?

Tyler asiente y me guía a un saco de boxeo y me da un par de guantes.

—Intenta mover el saco de un puñetazo.

Sonrío confiada y me pongo los guantes rápidamente. Me pongo en posición y le dio un par de golpes al saco moviéndolo desde el primero. Tyler me mira impresionado y solo me encojo de hombros.

—Tenía mucho tiempo libre en vacaciones y tomé un par de cursos —digo dando un par de golpes más al saco sintiendo esa adrenalina que había extrañado invadiendo mi sistema.

Luego pasamos a combate cuerpo a cuerpo y esta vez es con Nick.

—Amber ataca, Nick solo bloquea —ordena Tyler y niego con mi cabeza.

Nos colocamos en posición y empiezo a dar un par de vueltas y ataco dejando que me bloquee mientras busco algún punto débil. Sigo así un rato hasta encontrarlo.

Esta muy confiado, así que en una de mis vueltas lo tomo del cuello haciendo una llave que me enseño mi antiguo profesor de defensa y lo llevo al suelo ejerciendo un poco de presión en su cuello, pero sin llegar a lastimarlo.

Levanto la vista encontrando a Tyler y Liam literalmente con la boca abierta, pero la distracción me cuesta caro y Nick se zafa de mi agarre, para luego hacer una maniobra dejándome debajo de él.

Le doy un rodillazo en las costillas y un puñetazo estabilizándolo y aprovecho para dejarlo en el suelo, ejerciendo presión con mi cuerpo en su tórax y con mi antebrazo en su cuello.

—No te confíes mucho —le recomiendo y me levanto dejándolo en la lona. Tomo otra botella de agua y le doy un par de tragos y cuando vuelvo a abrir los ojos tengo a los tres frente a mí.

Ella es Amber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora