Capítulo Veintinueve

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T Y L E R

«No, esto no puede estar pasando otra vez, no a Amber, no a nosotros» me digo mientras corro con ella en brazos hacia el refugio en busca del doctor de la manada.

Las lágrimas corren por mis mejillas, mezclándose con la sangre que no para de brotar de la herida de Amber donde aún se encuentra la daga incrustada. Veo como Amber empieza a cerrar los ojos a la vez que empieza a expulsar sangre por la boca y mi miedo se incrementa.

—No, no cierres los ojos amor, no los cierres —digo limpiando la sangre que gotea de sus labios y sollozo al ver como cierra los ojos, mientras corro lo más que puedo con Liam a mi lado.

Me enfoco en los latidos de su corazón, que aunque son pocos y muy débiles me dan esperanza de todavía estar a tiempo, y al ver la entrada del refugio suspiro con la alivio sabiendo que todo puede mejorar.

Liam abre la puerta y rápidamente entramos al refugio que es como una casa subterránea donde se encuentra la mitad de la manada y entre ellos el doctor que corre hacia nosotros al ver a Amber en mis brazos. La llevo a la habitación que me indica y me niego a dejarla.

—Entienda, Alpha, es lo mejor —dice el doctor acercándose a Amber, y niego con la cabeza tomando la mano de Amber.

—Vas a salir quieras o no, nosotros tenemos que trabajar, así que fuera ahora —dice Brenda y sin importarme su tono estoy por decirle que no, cuando de un momento a otro me encuentro en el pasillo y con un movimiento de mano cierra la puerta sin siquiera dejarme dar un paso hacia la habitación.

—¡Abre la maldita puerta Brenda! —grito golpeando la puerta con todas mis fuerzas, pero no logro hacerle ni un solo rasguño mientras se me despedazan las manos, pero el dolor de mis dedos no se compara en nada al dolor de mi pecho, sintiendo como la vida de Amber se va junto a la mía.

Me tiro al suelo recostándome en la puerta mientras lloro abiertamente, aferrándome a ese pequeño hilo de vida que siento en nuestro lazo, escuchando su débil respiración y el pausado latido de su corazón.

Liam pasa un brazo por mi espalda sentándose a mi lado y no dudo en envolverlo en mis brazos mientras lloro contra su pecho, sintiéndome una mierda por no poder hacer nada, por no poder haber evitado que Aria le enterrara esa daga en el pecho.

No debí haberla dejado acercarse tanto, debí notar que eso podía pasar, debí haber estado más cerca de Amber.

Las ganas de despedazar a Aria por lo que le hizo a Amber son tan fuertes, pero me calmo ya que no pienso dejar a Amber ni un solo minuto sola.

—Dime que Aria está muerta, por favor dime que está muerta —susurro separándome de Liam y él me da una sonrisa tranquilizadora que no logra tranquilizarme una mierda.

—Vi a Kassidy apuñalándola mientras Alana la hacía convulsionar no creo que haya durado mucho tiempo viva.

Asiento, pero saber eso no me hace sentir ni un poco mejor, mientras Amber esté sufriendo yo no voy a estar bien.

Unos minutos después llega Kassidy quien está llena de sangre mientras llora abrazando a Nick quien también llora, y Alana solo se sienta viendo la puerta en la cual estoy recostado.

—Ella está luchando, no es fácil, pero lo intenta —dice Alana mientras sus ojos se ponen completamente blancos y le intento sonreír aunque sé que me sale una mueca.

Un rato le bastó a Amber para que Alana se preocupara por ella e incluso la salvara un par de veces en la batalla, son simplemente cosas que solo Amber puede lograr.

Escucho pasos acercándose a la puerta así que me pongo rápidamente de pie y Brenda sale con sangre manchándole las manos, sin dejar ver una expresión en su rostro, pero sé que está preocupada.

Ella es Amber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora