Capítulo Veintitrés

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A M B E R

Miro completamente impresionada a Alice que se encuentra a unos pasos de mí vestida l igual que yo con un vestido blanco. Mil preguntas pasan por mi cabeza, pero de la impresión parece que perdí la habilidad de hablar.

—¿Cómo saliste? —pregunto finalmente, aun sintiendo que estoy en un sueño, y ahí todo hace conexión en mente, dándome cuenta que es un sueño y empiezo a reír como loca —. Por supuesto, soy una idiota, estoy soñando.

—No estas soñando Amber —escucho la tranquila voz de Alice y quiero darme cabezazos contra la pared más cercana —. Y yo tampoco salí, tú fuiste la que entraste a tu subconsciente después de desmayarte.

Me tomo la cabeza entre las manos, no entendiendo una mierda de lo que está pasando.

—¿Cómo es esto posible? No puedo estar simplemente en mi subconsciente, así como así.

—Es que no es solamente así, estás aquí por algo importante Amber, algo que si yo no te traía ustedes nunca se iban a dar cuenta y en cualquier momento iba a pasar lo peor sin ustedes siquiera imaginarlo —explica Alice, pero solo logra dejarme más confundida, así que me acerco a ella, tratando de entender que quiere decir.

—Alice no entiendo nada de lo que dijiste, ¿puedes explicarte bien? —pregunto tratando de estar calmada, pero mi voz forzada deja en evidencia que estoy a un paso de caer en la locura.

—No puede haber dos mentes en un mismo cuerpo, aun así nos hemos mantenido vivas por casi diecinueve años, y finalmente la naturaleza está tomando su curso, no puedo retrasarlo más, si no salgo de tu cabeza en menos de un mes ambas vamos a morir. —sus palabras me dejan en un shock total, tan así que antes de darme cuenta estoy cayendo sobre mi trasero al suelo, pero antes de tocar el suelo Alice me toma del brazo y me pone de pie nuevamente —. ¡Por amor a la Diosa Luna Amber! Tranquila.

—¿Cómo me pides que me tranquilice si me estás diciendo que me voy a morir en menos de un mes? O sea, siempre supe que en algún momento de mi vida me iba morir, lo más posible por la cosa más estúpida que me podría pasar y que solo podría pasarme a mí, pero no así, Alice, no así —digo hablando tan rápido que ni sé si me pudo entender. Me suelto de su agarre en mi brazo y empiezo a caminar de un lado a otro en el gran espacio blanco en el cual me encuentro.

—No nos vamos a morir Amber, solo hay que buscar una solución —antes de que siga con su optimismo la interrumpo tomándola de los hombros.

—¡Nos vamos a morir Alice! No te van a poder sacar de mi mente y mi cerebro lo más seguro va a explotar y se va a acabar mi hermosa existencia —grito sacudiéndola de un lado a otro, completamente histérica —. Cuando Tyler me decía que me iba a matar al menos tenía la seguridad que me podía defender, ¿pero dime cómo diablos puedo pelear contra algo así?

—¡Amber ya! —grita Alice sorprendiéndome y me quita las manos de sus hombros poniendo un par de pasos de distancia entre nosotras —. No nos vamos a morir porque tengo un plan, o mejor dicho el plan de Tyler, por eso te traje aquí, para que puedas hablarlo con ellos y lo hagan lo más pronto posible. Que Brenda traiga a todos los brujos que pueda y hagan el hechizo que llevan planeando y así que me saquen de aquí y no morir ninguna.

—Lo dices como si fuera tan fácil, ¿qué pasa si no funciona? —pregunto sintiéndome como la mierda, y el triple de cansada, supongo que estar aquí me está agotando mentalmente de una manera casi imposible.

—Intentamos otra cosa, y así hasta que funcione. Tenemos un mes Amber, por eso te avisé desde antes, para buscar opciones entre ambas cuando alguna no funcione.

Ella es Amber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora