T/N
-Un momento... -me volteé. Aidan. Pero ¿qué demonios...?
-Aidan... -dije. Pero me interrumpió.
Me soltó del brazo y casi al instante me agarró nuevamente. Pero esta vez de la cintura, apegándome a su cuerpo. No puedo decir nada, no logro que salgan palabras de mi boca, ni un ruido. Lo único que se escucha, son su respiración y la mía, mezclándose. Mi piel se puso igual a la de las gallinas (piel de gallina) por el contacto entré de ambos. Recordé todas las noches que me pasé imaginando algo como esto. Con el mismo chico. Pero se siente... distinto. Se supone que se sentiría amor en el aire. Con los típicos momentos en los que no importaban los demás, los segundos que parecen largos instantes. El típico momento en donde el chico se declara a la chica. Pero no se siente así. ¿Acaso ya no me gusta? No, claro que me gusta.
En la mañana nos encontrábamos gritándonos y... ¿qué significa esto?
Se acercó más y más... sentí su aliento sobre mi piel, sentí toda la calidez de su cuerpo... lo sentí... a él.
Cerré los ojos. Me iba a besar. Claro que lo haría.
-¿Cuándo me devolverás mi camisa, hermosa? -susurró en mi oído.
¡¡¿QUÉ?!!
Abrí los ojos de golpe. Lo empuje zafándome de su agarre. No podía creerlo. Realmente es tan imbécil. Ni en mil años imaginaria que el fuera así de idiota.
-¡¿Cómo te atreves?! -grité -¡¿Cómo alguien puede ser tan imbécil como tú?!
-Pero mira, que tierna eres cuando te enojas arruina camisas -dijo sarcástico -¿qué creíste que pasaría?
-Yo pensé que... -cómo puedo ser tan estúpida.
-¿Qué te iba a besar? Es lo que quisieras que pasara, ¿verdad? -mientras habla, empezó a caminar con pasos lentos alrededor mío -Besar a Aidan Gallagher, tu actor favorito, que gran sueño es ese, ¿no?
-Bien. ¿Quieres jugar? Jugaremos. -dije, sin siquiera mirarlo a los ojos. Me paré enfrente, y lentamente me acerqué a su oído -Eres un idiota -le susurré.
-Y tú eres una chiquilla arruina camisas y escandalosa, ¿sabías eso? -fue lo último que dijo tomando mis mejillas y estrujándolas. Lo miré furiosa. ¿Qué sé creía?
No pude decir nada más. Al instante se escucharon unos pasos que se acercaban, llegando con rapidez a la habitación en donde estábamos. Camille.
-¿Pasa algo chicos? ¿por qué no vienen?
-Nada mamá -se adelantó Aidan -estamos saliendo para allá, ¿verdad T/N?