Capítulo 16.

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Aidan.

-¡Mierda! Cierra las malditas cortinas.

Escucho las *rieles* de las cortinas recorrerse y la ventana abrirse de un empujón. Los rayos de sol atraviesan la ventana y van directo a mis ojos. Obligándolos a abrirlos, pero no lo hago. Me coloco boca abajo, agarrando la almohada que está debajo de mi cabeza y la pongo encima de esta, tapando el paso de luz a mi rostro.

-Te dije: ¡Cierra las malditas cortinas! -grito por debajo de la almohada.

Las cobijas vuelan por la habitación cayendo al suelo y dejando mi cuerpo desnudo descubierto. Una brisa cálida y a la vez fría, entra a través de la ventana abierta, recorriendo mi espalda y trasero, volviendo mi piel de gallina.

-¡Por dios Ryan! ¡Ponte algo de ropa!

Alzando mi cabeza y cerrados los ojos, muevo mi mano tratando de encontrar la maldita cobija, pero no la encuentro. ¿Quién mierda está en mi habitación?

-¡Que te calles, estoy tratando de dormir! -grito enojado.

-Además, no exageres. -tallo mis cienes con mis manos. Este maldito dolor de cabeza... -Estoy con algo de ropa. Tengo puestos mis calcetines. -muevo mis pies y sonrío. ¡Diablos! Mi cabeza... Oh mierda.

Me siento sobre la cama de un salto y abro los ojos recordando todo lo de anoche. Este no es mi cuarto. Las paredes color rojo, y llena de posters de Marvel, me lo confirman. ¿Qué mierda...?

Miro a un lado, afuera de la ventana, tratando de observar si todavía sigo en casa de Ryder, pero la luz del día nubla mi vista y cuesta poder ver.

-Se queda así, ¿o... -mi atención se dirige a la entrada de la habitación ¿Quién demonios habla? -...después se hace más grande?

Atrás de Nicolás, una chica: Morena, cabello negro sutilmente rizado y recogido a la mitad, cejas definidas, mejillas sonrojadas, labios gruesos y rojos, entre abiertos. Sus ojos, con la mirada perdida, verdes como una esmeralda.

-¿Qué? -pregunto.

Traga saliva, provocando que la, casi invisible, manzana de su cuello suba y baje.

Me mira y alza sus cejas. Bajo mi vista, en dirección a donde ella ve. No. Mierda no.

-Ryan. Tápate. -Habla Nicolás.

Sí, gracias. Ahora me lo dices, idiota. Cubro mi pene con mis manos, mientras ella se endereza notoriamente.

-S-sí. Digo, es así. No. Quiero decir. Así no es. -Trago saliva.

Muerde sus labios y hace para atrás su mechón de cabello de enfrente.

-Sí. Aja. Como digas. -responde riendo y analizándome con la mirada.

Miro a Nicolás. Haciéndole señas con los ojos. Moviéndolos una y otra vez en dirección a la puerta. Frunce el ceño y mueve su cabeza mirándome en señal de que no entendió un pingo de lo que traté de decirle.

Nicolás el idiota.

-Adiós pequeñín -habla la morena moviendo su mano, despidiéndose.

-No. ¿Qué? Solo... -la pierdo de vista y desaparece por el marco de la puerta. -...duerme -susurro, pero no me escucha.

-¡Mierda Nicolás! -grito viéndolo furioso -¡¿No puedes cerrar la maldita puerta o qué?!

-¿Upsi? -se encoje de hombros.

¿Upsi? ¡¿Qué mierda es "Upsi"?! ¿Es una clase de disculpa? Idiota. El idiota más grande de todos los idiotas. ¡Alguien me había visto en pelotas por este idiota! Mierda.

To way - Aidan Gallagher y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora