Capítulo 13.

2.4K 139 9
                                    

Aidan

-Mírate. ¿Lo quieres? -la escucho reír bajo.

Abro los ojos y ahí está, con una sonrisa triunfante de oreja a oreja, ¿Cómo puedo ser tan tonto? ¡¿Cómo puedo caer en mi propia trampa?!

-¡Cállate de una vez! Y pongámonos a recoger los platos -digo frustrado.

La empujo suavemente. No existe brusquedad en mis movimientos. Se aleja, cediendo y sin expresión en su rostro. Sabe que me molestaría, espera esta reacción. Mierda. Le daré el gusto de verme enojado.

-Ahora, dime, ¿quién es él resentido?

Tú, sigues siendo tú. No respondo, decido ignorarla y me levanto de mi asiento. Empiezo a recoger los platos sucios de la mesa, observándola de reojo de vez en cuando. Parada en el mismo lugar mira cada movimiento que hago, ¿Qué mierda espera?

-Vamos Gallagher, ¿te portarás de ese modo?

Se cruza de brazos y flexiona la rodilla derecha, recargando todo su peso en la pierna contraria. Me paro en seco, queriendo, solo por un segundo, disculparme. Pero mi orgullo no me permite. Abro la boca, pero nada y solo... trago saliva.

Miro el suelo una vez más. No lo haré. Niego moviendo mi cabeza, de un lado al otro, repetidas veces. Tomo un montón de platos de la mesa entre mis manos, y comienzo a caminar, hacia el lavaplatos de la cocina, observando como los vasos vacíos chocan entre sí.

No hubo más que silencio. Recogimos todo y lo llevamos a la lava vajillas.

Terminado todo me adelanto a la sala, sin siquiera dirigirle la mirada. Bien. Sí, soy un resentido. Alzo mi mirada, observando por encima de mi hombro izquierdo como me sigue por detrás.

-¡Vaya! -dice mamá asombrada al vernos a los dos llegar, al mismo tiempo - ¿ya terminaron? Creí que se iban a quedar charlando un poco.

-No, estamos bien así -responde T/N al instante.

-Bien. Entonces cariño muéstrale la casa a esta hermosa señorita -asiento.

-Vamos -Muevo la cabeza como una señal para que me siga.

Ninguno de los dos se decide en hablar, y yo no lo haré.

Subimos las gradas, la casa era de dos pisos. Primero está un estante de premios de la escuela, deportes, películas y muchas cosas más.

-¿Todos estos son tuyos? -pregunta.

-Sí.

Llegamos a un corredor grande, en las paredes cuelgan algunas fotos mías con mis padres, con toda mi familia y otras de cuando era bebé. Su paso es lento, pesado pues pasa mirando cada una de las fotografías enmarcadas y limpias, deteniéndose en una, es la de mis padres más jóvenes.

-¿Ella es tú mamá? -me mira esperando una respuesta y asiento con la cabeza, dándosela -Es muy bonita. -Sonríe como niña pequeña.

Seguimos un poco más hasta llegar al cuarto de mis padres.

-Aquí duermen mis papás -señalo la puerta grande color beige que está justo en frente de nosotros.

-Por allá está el cuarto para hacer ejercicio -digo señalando una habitación con una ventana grande de vidrio, en lugar de una puerta. -Ahí está una puerta pequeña con escaleras que lleva a la piscina y al patio, también hay una entrada abajo. -Señalo arriba, donde hay una puerta cuadrada pequeña con un hilo colgando -ahí es donde guardamos cosas viejas, cuadros, regalos de mis fans y unas que otras cosas.

-Ahí guardamos cobijas o toallas para ofrecer a invitados cuando vienen de visita -hablo abriendo un armario grande de madera, color blanco con ranuras delgadas talladas a mano a lo largo que forman flores resaltadas por un extravagante dorado brilloso, para mostrárselo.

Cruzamos un pasillo más hasta encontrarnos cuatro habitaciones más.

-Estas son habitaciones para invitados -Señalo solo tres y abro la puerta de uno de ellos. El cuarto tiene una cama grande, una mesita de noche al lado de esta, un armario y...

-¿Ese es el baño? -pregunta señalando una puerta cerrada.

-Sí, todas las habitaciones de la casa tienen su propio baño -salimos de ahí y avanzamos un poco más.

-Ese de ahí... -indica con el dedo el último cuarto a la derecha -¿qué tiene?

-Ese...

-No tienes que responder si no quieres, es tú casa. No debería ser tan curiosa, perdóname si te molesté -me interrumpe.

-No, tranquila -Bien. Aidan, deja de comportarte así. -Esa es mi habitación.

-¿Puedo verla? Claro si no te importa...

-Sí.

Se acerca a la entrada, tomando el mango de la cerradura y girándola para abrir la puerta. Empuja entrando y se queda unos segundos analizando todo con la mirada.

-Wow, que linda... -observa mi estante lleno de libros y se acerca a este -¿lees mucho?

-Si... maso menos.

-¡¿Te gusta Harry Potter?! -dice exaltada, tomando los libros y ojeándolos.

-Sí, es mi saga favorita.

-¡La mía también! ¿Qué libro te gusta más? La mía es la "Orden del Fénix".

-La mía es "Las reliquias de la muerte".

-Oh, yo aún no he conseguido el libro...

-Te lo presto si quieres -me acerqué al estante y saqué "Las reliquias de la muerte" de J.K Rowling -tómalo -se lo tendí en las manos.

-N-no quisiera molestarte... -me lo devuelve -pero gracias de todos modos.

-No es ninguna molestia, tómalo, y me lo devuelves cuando acabes de leerlo -se lo regreso.

-Gracias... -sonríe nerviosa -y... yo quería -aclara su garganta -quiero pedirte disculpa por lo de antes, yo...

-No,tranquila. Yo debo disculparme, fui el que comenzó todo -la interrumpo.

To way - Aidan Gallagher y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora