Capítulo 50. Algo bueno de algo malo. (Final)

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Samuel... ¿Qué haces despierto? -Pregunté al asomarme a su habitación tras haber visto la iluminación de su laptop en medio de la oscuridad de la casa. Samuel me miró.

-¿Qué haces despierta, niña? -Me preguntó él.

-Son vacaciones, sólo...veía algo en Netflix, pero... no era tan bueno, y mejor bajaría por agua...-Le conté yo subiendo mi termo para que lo notara en mi mano. Samuel asintió.

-Extrañas a Axel. -Supuso. Me encogí de hombros.

-Sí...es aburrido ver las series sin él. -Admití, pues Axel había sido invitado por Nicholas a pasar la noche en su casa con Benjamin.

-Mejor duerme un rato, Emi. Pasan de las dos de la mañana. -Me sugirió Samuel.

-¿y por qué sigues despierto? -Pregunté confundida, todos los adultos de la casa se dormían a eso de las diez o diez y media siempre.

-Estoy...investigando. -Dijo él. Y yo sabía que, si no estaba trabajando en la oficina, sino en su habitación, era porque hacía una investigación personal, no laboral. Así que me fui acercando lentamente incluso entrando a la recamara.

-¿Algo sobre...ella? -Sospechaba yo. Y al quedar a su lado noté que sí se trataba de Rose, pues estaba investigando un hospital de Texas con especialidad en el cáncer.

-Tienen un buen tratamiento. -Me contó él en voz baja. Hice una mueca y me senté a su lado.

-Rose no está respondido a sus tratamientos. -Le recordé desanimada.

-Este es mejor. -Aseguró Samuel. -Y en todo caso, también pueden darle un trasplante de células madre. Emi, he estado investigando, su tipo de cáncer es comúnmente curado. No entiendo por qué Rose se rinde tan rápido. Tiene cura, se ha visto en la mayoría de los casos. -Me decía él. Hice una mueca.

-No tienen mucho, Samuel. No tenían seguro médico, y no ganan el suficiente dinero. La deuda que tienen con el hospital es de miles y miles de dólares. Esos tratamientos sólo agregarían más miles. Alec dijo que el trasplante celular puede llegar a costar más de cien mil dólares. Ellos no tienen para...ni siquiera tienen para...son muy...humildes ¿sí? -Le intentaba dar a entender yo.

-Rose siente que no va a mejorar, no quiere que sigan gastando tanto dinero porque, Samuel...sí te das cuenta de que...si algo le pasa a Rose...será Alec quien se quedará con la deuda de cientos de miles de dólares ¿cierto? -Le pregunté. Él sólo quedó en silencio viendo la pantalla de su laptop. Di un hondo respiro y me senté a su lado.

-Alec no puede con tanto. -Le susurré. -Ya ha hecho demasiado. Él...desde sus doce años empezó a trabajar en la florería de Rose para ayudarla...y a partir de sus quince años, empezó con trabajos formales, porque quería ir a la universidad. A una buena. Él sabe que tiene la capacidad para entrar a las mejores universidades del país, sólo le falta el dinero, así que desde los quince se hizo cargo de la florería por completo, para que Rose pudiera sacar dinero extra al trabajar de tiempo completo en la estética. Y en vacaciones, Alec siempre toma trabajos extra. En oficinas...en el supermercado. Becka me dijo que incluso limpiando la cocina del restaurante de su familia. Y ni siquiera sé cuantos otros empleos ha tenido...y todo era para la universidad...no le digas a Rose, pero Alec...me ha confesado esta tarde...que ya no tiene el dinero. -Admití esa noticia que me tenía tan triste. Samuel me miró de inmediato.

-¿el dinero de sus trabajos? -Preguntó confundido.

-Las deudas con el hospital estaban creciendo mucho. Alec tuvo que...sólo dio un pago para que dejaran de molestarlos. -Admití yo. Samuel suspiró de mala gana.

Deseos de Cristal (#3 Saga Cristal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora