Mi futura viuda

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Era un día pacífico en medio del océano índico, y en un barco pirata se llevaba a cabo una celebración.

Al mando del capitán Nanami Ryusui, uno de los más exitosos barcos piratas del siglo XIX, el barco Perseo, avanzaba triunfante a mar abierto luego de otra victoria saqueando una ciudad de ricachones donde vivía uno de los enemigos de Ryusui.

—¡JA, JA! ¡Ese fue otro idiota del que he cobrado mi venganza! —El capitán chasqueó triunfante dos dedos—. ¡Ahora soy el doble de rico que cuando él y sus amigos me robaron todo!

La tripulación gritó con entusiasmo, alzando sus tarros de cerveza. Todos excepto Senku, el líder científico, y Tsukasa, líder de los guerreros, y también otros pocos como Ukyo y Kinro.

—No empiecen a emborracharse ahora. —Los miró mal por encima del hombro antes de volver a concentrarse en su mapa—. Estoy seguro de que esos ricachones enviaron a alguien tras nosotros.

—¡Solo será un trago! —Ryusui le palmeó la espalda con fuerza, sacándole el aire—. ¡Tú también deberías beber!

—Deberíamos... —El repentino sonido de un cañonazo hizo a todo el mundo sobresaltarse.

—¡Estamos bajo ataque!

—¡Es un barco de nuestra tierra natal!

—¡Un barco imperial!

Todos abandonaron la celebración y fueron a sus puestos, mientras que Ryusui se dirigió al timón y empezó a usar su gran destreza para escapar del punto de mira del barco imperial.

Senku se acercó a la borda y se agachó, sacando su catalejo para observar al enemigo.

Efectivamente era un barco de su tierra natal, cosa que lo sorprendía porque estaban bastante lejos de ella. ¿Qué hacía tan lejos de casa un barco imperial? Y por lo que veía era uno de los mejores del imperio.

—¡Es uno de los mejores barcos del imperio! —le informó a Ryusui—. ¡Ya salimos de su rango de ataque pero será difícil perderlos! ¡A menos que quieras que explote algo y haga una barrera de humo! —Sonrió emocionado de solo pensarlo.

—¡Esta vez no será necesario! —El capitán rió divertido—. ¡Estamos cerca de una isla rodeada de una larga hilera de rocas, y conozco esta zona como la palma de mi mano! ¡Los perderemos allí!

Senku iba a decir otra cosa, pero entonces escuchó un chapuzón de agua y golpes secos en la madera, y antes de que pudiera reaccionar tuvo una espada en el cuello.

—Ishigami Senku... —Una voz femenina pronunció su nombre con rencor—. Al fin te encuentro.

Él se congeló en su sitio, aunque antes de que pudiera reaccionar Tsukasa se apareció y casi decapita a la mujer, de no ser porque ella dio un giro y pudo escapar, teniendo que liberar a Senku para ello.

Respiró agitado, pero entonces vio a Tsukasa encaminarse con rostro amenazante hacia la intrusa.

—¡Espera, Tsukasa! —gritó desesperado—. ¡No vayas a matarla!

Su amigo lo miró de reojo con curiosidad.

—¿La conoces?

—¡Soy la comandante de la guardia naval imperial! —La mujer se llevó un puño al pecho, viéndose muy digna con su uniforme de soldado imperial junto con una casaca femenina, que mostraba su rango superior, a pesar de estar empapada por llegar al barco nadando—. ¡Y todos ustedes piratas repugnantes están bajo arresto! En especial tú. —Miró con profundo rencor a Senku.

Él suspiró.

—Su nombre es Kohaku —le dijo a Tsukasa y al resto de la tripulación, como si ella fuera una simple invitada—. Es mi esposa.

Semana SenHaku 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora