Mi futura viuda 2

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Después de que llevaran a Kohaku a su celda, Ryusui le dejó el mando del barco a Ukyo y marchó directo a ver a Senku.

Lo encontró trabajando en pulir su pistola que normalmente nunca usaba.

Parecía que iba en serio con lo del duelo…

Carraspeó para llamar su atención, aunque ya sabía que no le haría caso. Tuvo que cruzar la habitación y colocarse justo frente a él para que se dignará a aunque sea mirarlo de reojo.

—¿Qué? —espetó de mal humor.

—Obviamente tengo preguntas para ti. —Sonrió mientras chasqueaba los dedos—. Aunque es probable que no me contestes pero debo decir que finalmente después de tres años entiendo algo que siempre me había preguntado acerca de ti, amigo.

—¿No tienes nada mejor que hacer? —Siguió con la vista fija en su arma.

—No. —Sonrió arrogantemente—. Continuando… finalmente ya entiendo lo que pasó hace tres años en el puerto de la Isla Yosai. —Senku se estremeció de forma casi imperceptible, si Ryusui no lo conociera tan bien seguro ni lo habría notado—. Y eso, más el hecho de que tú quieras enfrentarte a alguien a un duelo a muerte… me hace pensar que amas a esa mujer, Senku.

—Las locas ideas que se pasen por tu mente no son mi problema. —Empezó a limpiar el cañón de la pistola—. ¿Cuál es tu punto?

—Mi punto es que, si las cosas son como yo estoy pensando que son… ¿no deberías simplemente disculparte con tu mujer y ya? Es muy probable que ella ya no quiera matarte si le cuentas lo que pasó en Yosai y…

—Ryusui, mi vida matrimonial no tiene nada que ver contigo. —Se puso en pie y abrió la puerta—. Lo que sí es asunto tuyo es el cambio en nuestra ruta, pero no te preocupes por eso. Solo te pido dos meses, luego seguiremos con nuestro plan. Nuestra venganza. —Lo miró seriamente.

Ryusui le devolvió la mirada con igual seriedad.

—Muy bien. Como tú prefieras. —Le palmeó el hombro al pasar por su lado antes de retirarse.

Una vez solo, Senku tomó aire y cerró los ojos.

Esto era ridículo…

No podía.

No podía encontrar nada que lo distrajera. Tenía que verla, incluso si eso era un riesgo para su integridad física ahora mismo. Necesitaba verla.

Salió de su cuarto privado y bajó hasta los calabozos, justo a tiempo para ver a Tsukasa volver a meter a Kohaku en el calabozo.

Senku se ocultó detrás de la pared.

—¡Te advierto que no pienso dejar de intentar escapar! —gritó ella.

—Yo no pensaba dormir de todos modos. —Tsukasa sonaba resignado—. ¿Qué hay de ti?

—¡No descansaré hasta cortarle la cabeza al bastardo que tengo por esposo! —Senku rodó los ojos.

—Debo admitir que me sorprendes… Siempre he considerado a Senku un buen hombre. Aunque en un principio no lo parezca, ha demostrado una gran nobleza en situaciones de vida o muerte.

Semana SenHaku 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora