Capítulo 2

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-¿Señor?

Si bien Ackerman pudo situar la taza de café con cuidado sobre la mesa, no pudo desviar la mirada del muchacho.

Cuando escuchó llamarlo por segunda vez, volvió en sí y encontró una explicación creíble para justificar su extraña actitud.

-Sí, disculpa. Me sorprendí de lo joven que sos - tomó asiento en la cabecera seguido de Jaeguer - Ackerman; soy Levi Ackerman.

-Es un gusto realmente señor - elogió mientras acercaba el café a su lado - en Argentina se habla mucho del agente 302 por sus habilidades; y cuando me llamaron para informar que me quería dentro de su equipo, no cabía del asombro - contó.

"¿No me registra?¿No tiene memorias de su pasado?"

El mayor despejó esas dudas de su consciencia para no verse estupefacto nuevamente.

Se relajó para luego enfocarse en lo que era importante; la entrevista y citación de su nuevo integrante.

Si era Eren o no, era tema aparte.

-Vos no te quedás atrás. Te pedí justamente por tus aptitudes- informó tomando la taza a su particular manera - sin embargo; no es suficiente. Mi entrenamiento es extremo y mis expectativas, altas. Así que, ¿Te crees capaz de lograrlo?

Ackerman creyó que la respuesta sería instantánea y efusiva; pero ante el silencio, buscó la atención del chico, encontrando sus ojos perdidos en un punto fijo.

"¿Qué mierda está mirando?"

Apostaría el sueldo del mes a que le estaba observando la mano con la que sostenía el té; pero no llegó a corroborarlo. El chico devolvió la atención a la conversación.

-Sí señor. Me creo capaz. No por nada me pidió de tan lejos para ingresar a su equipo-

-Entonces no hay más que aclarar - dijo acercando los documentos - solo tenés que firmar estos acuerdos de confidencialidad-

-¡Seguro!

Mientras Eren leía las cláusulas del acuerdo, Levi se encargó de estudiarlo.

El atuendo no era para nada casual, pudo reconocer la pulcritud de chaleco negro y la camisa blanca del chico. Se ve que era cuidadoso con respecto a la ropa.

En cuanto a la estética, no le parecía nada mal. El pelo lo tenía corto pero sin tapar; tal como lo conoció en el pasado. Su castaño era más claro que el de aquel entonces, y eso lo notó gracias a la luz de la sala rebotando en los mechones de su frente. También divisó dos perforaciones en la oreja izquierda. Dedujo que se sacó los piercings antes de la reunión por las dudas de que no le gustara.

Cuando Jaeguer pasó de página para seguir leyendo, se fijó en las manos. Las callosidades de los dedos dieron cuenta del manejo y la práctica con las armas de fuego, y la sincronización del movimiento en las falanges la experiencia en cuanto a los hurtos.

Claro, hurtos que llevó a cabo en su trabajo como agente.

Dos segundos más y la vista se le desvió hacia su boca. Unos labios rellenos y fornidos, tal como en el pasado.

Cuando el chico terminó de leer y firmó la petición, los papeles le fueron devueltos.

-Perfecto Jaeguer, la jornada empieza mañana 7:30 AM. Preséntate en mi oficina a ese horario para conocer al resto del equipo y comenzar los entrenamientos - dictaminó levantándose del asiento.

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