Capítulo XIV "Burbujas llenas de sueños"

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La luz de la luna iluminó el rostro de porcelana de Emma, sus ojos verdes humedecidos por el llanto lo miraban llenos de tristeza, un leve tono carmín decoraba sus mejillas.

La verdad Ray no sabía como habían llegado a esa situación, solo sabía que Emma le miraba dispuesta a decirle algo que Ray no sabía, pero le cambiara la vida al escucharlo.

—Ray yo -ella le miró- la verdad es que, no quiero casarme con el duque Minerva porque...

—¿Por qué?

—Porque me gusta alguien más -se sonrojó-

—¿A ti? ¿La chica cero interesada en el matrimonio? -Ray sonrió- ¿Quien es? ¿Alguna clase de híbrido entre un chico y una jirafa?

Emma aún en sus brazos le miró y sonrió levemente, se le vino a la cabeza lo que le contó su madre de cuando encontró a Isabella y Yuugo en una situación parecida, casualmente con sus padres queriendo casarlos ¿por qué no podía su padre haber hecho lo mismo con ella y Ray? ¿Por qué había traído a prácticamente un extraño?

Ray siguió viéndola y Emma cobró valor, era ahora o nunca.

—Ray, el hombre que me gusta y con quien quiero casarme... Eres tú.

Silencio.

Mucho silencio.

Un rostro sonrojado pero expectante.

Un rostro sorprendido, sin poder creer aquello que había escuchado.

Emma, su Emma, su mejor amiga de la infancia, su casi hermana ¿le acababa de confesar su amor? ¿Que se supone que diga o haga?

Porque claro, podemos decir que la opción mas sencilla es rechazar de plano, pero vamos, es Ray, puede ser muy enojon y molestar a Emma, pero él jamás de los jamases lastimaría a Emma adrede.

Pero también esta el hecho de que el azabache quizá no tenía sus sentimientos románticos tan claros como los tenía su madre a su edad -ya que Isabella prácticamente había acosado a Leslie bajo la excusa de que lo hacía por amor- pero Ray de algo si estaba seguro.

El no sentía amor por Emma.

O bueno, no la clase de amor que ella quería que sintiera.

Así que allí estaba Ray Gracefield, con su mejor amiga en brazos mientras ella esperaba que él le diera una respuesta a su muy repentina declaración de amor mientras que él, que había lamentado todo el tiempo que pasó  en el barco de repente sentía ganas de subirse en un barco y escapar.

Simplemente escapar.

Porque había algo que él debía hacer pero que no quería hacer.

No quería quebrar a Emma.

De todas las personas elegibles ¿Por qué él?

De todas las personas elegibles ¿Por qué él?

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The Marchioness of the BroomsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora