Capítulo XVIII "Bancarrota"

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El sol entró en la habitación por entre las cortinas de la habitación, una pelinaranja descansaba y tranquilamente en su enorme cama hasta que sintió la luz sobre su rostro, se removió incomoda sin querer despertar y enfrentar su vida, decidió ignorar el hecho de que había amanecido he iba a seguir durmiendo hasta que...

—Lady Emma -la llamó una sirvienta- debe despertar

Emma volvió a taparse con las sábanas, al cabo de unos minutos sin obtener respuesta aquella sirvienta entró a la habitación encontrándose a la duquesa enrollada hasta la cabeza en sus sábanas.

Se acercó a ella.

—Duquesa, debe despertar

—No quiero

La mujer sonrió.

—Vamos, hoy tiene una reunión con los inversores del nuevo hospital que construye el duque

Emma asomó levemente su cabeza y la mujer sonrió, en cierto modo le daba pena su patrona, ella sabía que las cosas entre el duque y la duquesa no estaban bien, ella era muy arisca a las muestras de afecto del albino además de que todos en la mansión hablaban del hecho de que los esposos no compartían habitación y ya habían pasado dos meses desde la boda.

Y mas que casados parecían extraños que viven en la misma casa -pensó la de lentes-

—Vamos a levantarse, el duque la espera para desayunar

—Esta bien Gilda, ya voy -dijo Emma con pereza-

La peliverde sonrió mientras iba a buscar el vestido que Emma usaría el día de hoy y la ojiverde mientras tanto solo podía pensar en lo incomodo que sería el día de hoy.

Pues había días en que Norman trabajaba yendo a otros lugares, reuniones de negocios por aquí y por allá y por ende pasaba el día fuera de casa, esos eran los días mas felices para Emma porque podía estar sola y no tenía que jugar a ser la esposa.

Pero el día de hoy era de esos días en que Norman le decía a Emma que lo acompañara a sus reuniones y negocios lo que significaba pasar el día entero con él -algo nada motivador para Emma- claro que no es como si él la obligara, pero cuando le preguntaba si quería ir ella se sentía culpable por el simple hecho de que no dormía con él, así que una parte de ella le decía.

“Ya que no estas cumpliendo tu rol físico/sexual por lo menos ayudalo en lo que te pida”

Y así la culpa arrastraba a Emma a cualquier lugar donde el duque Minerva quisiera ir.

—Aquí esta su vestido, Duquesa Emma

Emma le sonrió a Gilda con cansancio y empezó a vestirse, solo rogaba que este día terminara rápido.

Emma le sonrió a Gilda con cansancio y empezó a vestirse, solo rogaba que este día terminara rápido

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The Marchioness of the BroomsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora