“Algunas personas obtienen la felicidad que sueñan, otros solo seguimos el ritmo de lo que la vida nos presente”
Todo había pasado rápido, demasiado rápido para el gusto de Diana y Emma, ya hacía una semana de la propuesta de matrimonio por parte del duque Minerva y obviamente regalos de parte del albino no habían faltado, de hecho la habitación de Emma parecía campo de tantas flores que había.
Y claro que Emma agradecía la amabilidad de Norman, pero dentro de ella anhelaba que esas flores vinieran de cierto azabache que por cierto, no había vuelto a mostrar ni su sombra cerca de la mansión Promise.
“¿Y como culparlo? -pensaba Emma- si yo lo hice tener que tomar una decisión de esa magnitud”
Ella intentaba convencerse de que no era su culpa, pero vamos, en cierto punto lo era, lo peor del caso es que había tenido que mantenerse guardado para ella misma su dolor e inconformidad con el matrimonio con el duque ¿La razón? No quería que su madre y padre pelearan por aquello y que su madre cancelara el compromiso haciendo a su padre quedar mal ante la sociedad.
En otras palabras se estaba enviando ella misma al matadero para asegurar el bien ajeno.
Pero era el bien de sus padres, puede que le doliera esta decisión, pero no se arrepentiría.
Escuchó el sonido de la puerta y pronunció un adelante sin muchas ganas, cuando la puerta se abrió Anna se asomó.
—Miss Emma aquí hay otro regalo -dijo enseñándole un hermoso y costoso vestido- ¿donde lo guardo?
—Gracias Anna -sonrió Emma con cansancio- pon lo en el armario
Anna asintió he hizo lo pedido mientras veía a Emma acostada en su cama, desde la propuesta la señorita Emma se solía levantar mas tarde y no tenía mucha energía.
Casi como si estuviera muriendo por dentro.
La condesa le había dicho a Emma que podía cancelar si no se sentía preparada para las responsabilidades de una casa, pero la pelinaranja sonriente siempre le decía que estaba bien, que se tranquilizara, Anna por otro lado también se sentía muy preocupada, ella sentía que había gato encerrado en todo este asunto del casamiento.
¿Por qué?
Pues luego de aceptar la propuesta el ambiente de la fiesta estuvo tensó el resto de la noche, la señora Sarah y la Marquesa Isabella se la pasaron cuchicheando toda la noche mientras al Marques se le veía avergonzado, la condesa parecía estar de mal humor mientras el conde se veía ¿sentimental? Quien sabe y la señorita Emma.
Ella sonreía pero a Anna le parecía que no era con la misma energía de siempre.
Y que decir del joven Ray Gracefield, después de volver del jardín con la señorita Emma, Anna lo miró disimuladamente mientras le servía vino a Yuugo, el azabache se veía atormentado, casi como si llevara el peso del mundo en sus hombros, su rostro se veía horriblemente triste y avergonzado además que caminaba como muerto viviente, como si no estuviera presente.
Como si se sintiera... ¿Culpable?
¿Culpable el joven Ray? ¿Por qué?
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The Marchioness of the Brooms
RomanceInglaterra. 1865. Época victoriana. Libros de estudio, dinero, reuniones sociales. Plumeros, detergente, trabajo y mas trabajo. y un...¿cliché? Historia RayAnna. Parejas secundarias. NorEmma, Donilda, PhilxSherry Créditos de la bella portada a @-Ar...