Era casi el toque de queda, Harry permanecía en la sala de menesteres observando a Malfoy hacer magia, tenía en sus manos 3 vasos de cristal, levitaba uno mientras el otro giraba en su lugar y él último subía y bajaba al ritmo de su varita.
-Me eh vuelto muy bueno, controlar varias cosas a la vez es complicado pero yo puedo hacerlo-
Harry lo observó aún más, descubrió los rastros de narcisismo en la oración y sonrió para si mismo. Había pasado hablando por casi 3 horas con Malfoy, había perdido dos clases y había descubierto más cosas sobre el rubio; no es como si su visión sobre el chico hubiera cambiado, seguía hablando como un idiota y su ego incrementaba cada vez que abría la boca. Pero eso no quitaba el hecho de que había descubierto muchas cosas.
Él descubrió que Draco hablaba mucho, se entretenía contando acerca de sus vivencias y como podía desenvolverse ante los retos que se le imponían, hablaba de si mismo con tanta naturalidad que Harry lo encontró divertido.
Pensó que Malfoy no era tan idiota si abría la boca únicamente para hablar de si mismo.
-¿Estás escuchando?- preguntó el Slytherin.
Harry quiso decir que no únicamente para deleitarse ante la mirada cargada de enojo en el rubio, descubrió también lo expresivo que el chico era, cuando se emocionaba o cuando le preguntaba muchas, no, demasiadas, cosas respecto a su vida como el elegido.
-Si, te escucho-
-Claro, como te decía, ese mismo día Pansy trajo chocolates de Francia, eran magníficos pero Blaise se enojó y al día siguiente trajo chocolates de Latinoamérica, no especificó el país pero estuvieron deliciosos-
-Si... Chocolates-
El rubio alzó la ceja, giró la cabeza en dirección a Harry y lo encontró sentado en el sofá, uno grande que ambos le pidieron a la sala.
-Debe ser tarde, sigo sin entender que hacemos aquí y creo que deberías volver con tus... Amigos- Draco habló y el azabache percibió algo se molestia en sus palabras -No esperes ningún "fué agradable hablar contigo" porque no lo recibirás, de todas formas lo único que hiciste fue decir si y no-
Harry rió, se levantó del sofá tomó sus libros de la mesa que también pidieron juntos y volvió la mirada hacia Draco
-Bien, pues yo sigo sin entender cómo es que llegamos a... Esto, ya sabes, nunca dijimos más que dos palabras sin pelear y me sorprende conocer este lado... Parlanchín tuyo, fue muy... Wow- dijo él.
- ¿Estás insinuando que soy un problemático que habla demasiado?-
Harry asintió y Malfoy sonrió, el corazón del Omega se agitó y el azabache decidió no mostrar tanta sorpresa por aquella sonrisa. Por primera vez Draco no sonreía de manera irónica, fue como más amable, más real...
-¿Podemos encontrarnos aquí mañana?- preguntó.
-Claro Potter, ahora sal tú primero, tengo algo que hacer aquí antes-
El Gryffindor entrecerró los ojos, pegó los libros a su cuerpo y salió sin despedirse.
Draco lo observó alejarse, regresó a la sala y el ambiente cambio drásticamente, el amplio sofá desapareció junto con la mesa y los vasos, la sala se transformó detrás suyo y el Slytherin sonrió cuando los objetos perdidos del montón de generaciones de Hogwarts apareció en su lugar.
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-¡HARRY! ¿Se puede saber dónde demonios estabas?-
Hermione lo sarandeó fuertemente, él soltó sus libros y bajo la mirada cargada de preocupación de su amiga decidió esperar.
-¡Ron! Acércate y huelelo-
El pelirrojo se pegó a Harry, su nariz choco contra el cabello azabache olfateando toda la zona hasta toparse con su cuello, se detuvo ahí especialmente, Harry se sintió incómodo y colocó ambas manos en los hombros de su amigo. Últimamente Ron actuaba extraño, más sobreprotector y molesto que de costumbre, el Omega dentro de Harry rechazaba el tacto y eso lo hacía incluso peor.
-Definitivamente es otro alfa, uno dominante, Harry responde, ¿Dónde estabas?- exclamó su mejor amigo, sonando extrañamente irritado, tanto que Harry retrocedió ante las feromonas que comenzaban a sentirse en el ambiente.
-N-no, no es nada, estaba aquí, aquí en la torre- el pánico en su voz no lo entendió, tampoco supo porqué mintió o la extraña sensación cayendo sobre si mismo.
El Omega cerró los ojos, las feromonas incrementaron y él se sintió acorralado, no podía mentirle a un alfa, no estaba bien, él no estaba siendo un buen Omega.
-Di la verdad Harry- el tono de voz tranquilo en el pelirrojo no contrastaba con el ambiente, Harry se sentía sofocado y quería terminar con eso pronto.
Probablemente Hermione no lo notara, ella era Beta y Harry sabía que posiblemente no sintiera las feromonas tan extremamente como él. Tal vez Hermione solo lo veía como un mentiroso que se sentía intranquilo al verse descubierto.
-Ron, detente- suplicó agotado, su respiración aminoraba y ante la mirada inquisitiva de Hermione decidió lucir lo más tranquilo posible.
-Dilo Harry-
-Con Malfoy, él me ayudó cuando unos Ravenclaw intentaron atacarme luego de pociones, fuimos a pasar el rato fuera mientras me calmaba y no pasó nada más, lo juro, nada de nada- Harry habló rápido, su cabello azabache pegándose en su frente por el sudor.
-¡Pero Harry! ¡Malfoy también es alfa, el pudo hacerte daño!- Hermione interrumpió a Ron.
-Lo sabía, no puedes cuidarte solo, los escuchaste hablar, ellos quieren tener hijos contigo- dijo Ron a su vez.
-No, Malfoy no hizo nada, dijo que no se juntaría con un Omega como yo y solo hablamos, ni siquiera intento tocarme-
Harry se sentía humillado, el Omega dentro suyo estaba hablando por él y lo hacía sentir inútil, tan blando y sensible que sintió asco, asco de si mismo.
-Ve a la habitación Harry-
Ron se alejó, las feromonas desaparecieron lentamente, torturosa y de manera tan horrible que Harry arrugó la nariz.
-Buenas noches Harry-
Escuchó la voz de Hermione pero él permaneció ahí, en medio de la sala común sintiéndose tan usado que lo primero que hizo fue darse una ducha. Una larga ducha que lo dejo pensando en lo ocurrido; como el Omega rechazaba el tacto de Ron y se sentía tan a gusto con el de otro alfa, como Malfoy no mencionaba sus rangos en ningún momento y cómo lo trataba tan... Normalmente que se sentía vivo, como antes de todo el problema.
Durante la noche se sintió algo tonto, creyó que su comodidad con Draco se debía al hecho de que el alfa no lo había atormentado en ningún momento y eso lo detestó. No sé suponía que se sintiera mejor con el Slytherin que con sus amigos.
Te detesto, Draco Malfoy.
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