Cuando el reloj estuvo a punto de dar las 12, Harry se encontraba delante del extenso montón de mortifagos que lo rodeaban a él y al señor tenebroso. Su primera impresión fue algo realmente extraño, esperó fervientemente sentirse asustado o tal vez algo nervioso, esperó sentir su corazón latir desbocado mientras él deseaba estar en cualquier otro lugar pero no. Harry no sentía nada.
Mientras las risas de esas horribles personas se extendían a su alrededor; Harry pensó que en otras circunstancias, quizá si antes de llegar ahí no hubiese visto a sus mejores amigos llorar, quizá si el Omega dentro suyo hubiese estado más feliz o bueno, más aferrado a la vida, él probablemente habría sentido el miedo que tanto le hacía falta. Se dijo a si mismo que su reacción se debía a lo anticipado que aquello estaba y se permitió ver y pensar únicamente en lo que tenía en frente.
Un montón de mortifagos y un loco que parecía decidir cómo matarlo.
Porqué Harry sabía que moriría, eventualmente y sin preparación alguna él ya tenía en mente que su muerte no sería tranquila. Tal vez ya lo sabía desde hace mucho, cuando era un niño y constantemente luchaba por agradarles a sus tíos, un poco, tan solo un poco, o cuando nadie le prestaba atención y de repente comenzó a ser tratado como un héroe cuando él ni siquiera sabía de qué hablaban.
Su familia se lo había dicho y él no lo merecía, no merecía ser tratado como un héroe pero justo ahora estaba a punto de morir por ser uno.
-Avada Kedavra-
Casi juró que el sonido se escuchó ajeno, como si él hubiese visto todo desde una pantalla o si por un momento había salido de su cuerpo para presenciar como lo asesinaban. No, porque ahora estaba muerto y encontrarse a sí mismo dentro de lo que parecía ser la estación de King Cross casi le hacía creer que no.
Harry sintió su cuerpo temblar y lo blanco del lugar lo hizo parpadear varias veces; observó al rededor y lo irónico de esperar incluso el tren para ir a dónde sea que se fuera después de morir lo hizo sonreír. Esperó y esperó, su delgado cuerpo se estremecía cada vez que las ráfagas de viento chocaban contra su rostro y suspiró.
-De todas formas estoy muerto, no importará si me pierdo durante un momento- su voz salió extraña, tan suave y susurrante que se sintió algo avergonzado por decirlo en ese lugar tan grande.
Se levantó del asiento y mientras caminaba pudo escuchar voces, primero como susurros después más fuerte y al final casi tuvo que cubrir sus oídos.
"Harry, ¡Harry!, ¡HARRY!"
Vió hacia atrás y lo blanco del lugar le impidió notar cuánto había avanzado, notó que delante suyo las letras "aún no es momento" se presentaron de un negro tan intenso y sonrió.
Por primera vez había decidido algo de manera independiente y ni eso se le concedió. Él no murió, cruzó las letras y de la nada el dolor en su cuerpo se sumó al frío helado y lo hizo fruncir el ceño. Habían personas riendo cerca suyo, más allá oía llanto y las voces inconfundibles de sus compañeros también llegaron a él.
-Harry Potter ha muerto-
Pensó que sería gracioso levantarse del suelo y negar aquello, dejar a todos con la boca abierta y volver a ser asesinado. No, tal vez si hubiese podido sentir algo más que la tristeza que se veía obligado a no dejar ir lo hubiera hecho. Oyó a Hagrid hipar detrás suyo, su corazón se encogió cuando supo que todo aquello se debía a él y por un momento su cabeza dejó de pensar de manera infantil para centrarse más en lo que haría. Delante suyo debían de estar todos aquellos que vió en el gran comedor, probablemente la mayoría listos para atacar en cualquier momento y justo cuando oyó la voz de Neville, aprovechó la distracción y con sigilo buscó su varita.
No estaba, abrió los ojos levemente y rebuscó por todas partes, se levantó y bajo los gritos de sorpresa corrió en dirección a la parte más cercana del castillo.
-¡Potter!- su cuerpo giró de manera instantánea, notó los ojos color plata compuestos de un dolor inigualable y con rapidez tomó la varita que Draco Malfoy le entregó.
Esa en definitiva no era la suya pero la sensación de armonía que sentía con dicha varita lo hizo sentir seguro. Escuchó los gritos de alegría y notó con pesar que voldemort lo seguía en su trascurso al interior del castillo.
-Deja de correr tan rápido, mierda, ¡Ven!-
Harry maldijo la sensación de obediencia que lo embargó, lucho con todas sus fuerzas por no dar la vuelta y encontrar el probable rostro arrepentido que le pertenecía a esa voz nerviosa y siguió corriendo. No iba a confiar en Malfoy, él lo odiaba, lo detestaba con su vida y no daría su brazo a torcer justo ahora.
-¡Vete!- cuando dejó de oír pasos detrás suyo supuso que su calvario había terminado. Subió unas cuantas escaleras y cuando estuvo a punto de doblar la esquina que lo llevaría a un lugar dónde no podría lastimar a más personas, el mismo Draco Malfoy chocó contra él.
-¡Te dije que dejaras de correr!-
-Y yo te dije que te vayas, no quiero verte justo ahora, eres lo último que deseo ver antes de morir y juro que si no te mueves voy a matarte-
Draco lo tomó por los hombros, la voz lúgubre del señor tenebroso se oyó tan cerca que cuando Harry estuvo a punto de quejarse, el Slytherin cubrió su boca con su mano.
-Shh, va a escucharte-
-No, suéltame, tengo que ir a pelear con él y morir, ahora lo sé, él se detendrá si muero, es la única manera-
-¡No voy a dejar que mueras, maldito idiota!-
Draco volvió a cubrir su boca con su mano, lo observó con el ceño fruncido y Harry maldijo ser tan susceptible a ese alfa. Detestaba la manera en que el Omega saltó de alegría ante el mensaje real disfrazado con los insultos del Slytherin.
-Ahora escucha, tú tienes mi varita, tendrás cerca de 10 minutos antes de que él note que estoy de tu lado y cuando yo tenga tú varita vamos juntos, ¿Entendiste? No vas a ir solo Potter, no vas a morir, no hoy-
Harry no logró responder, Malfoy lo jaló con fuerza hacia el centro del castillo y con cuidado los guío a ambos por los escombros del colegio. Su cuerpo comenzó a temblar cuando oyó más gritos, de la nada se sintió horrible y el peso de ser el causante lo aplastó.
-Tranquilo- el agarre en su mano incrementó, Malfoy se giró a verlo y con una leve sonrisa procuró calmarlo -Si va a terminar mal, vamos a morir juntos, ninguno tendrá que vivir y ser el valiente de la situación, no llores, voy a salvarnos, tienes derecho a ser muy feliz-
Harry asintió con la cabeza, pasó su brazo por su rostro secando cualquier rastro que delatase lo aterrado que se sentía y tomó la varita con fuerza.
-Realmente te quiero Malfoy-
Draco se detuvo colocándolo detrás de sí, voldemort se encontraba delante de ambos y Harry por primera vez en todo el día. Deseó no morir.
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