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A veces Harry despertaba y su cuerpo se sentía tan pesado que aún cuando el sol podía verse a través de la ventana él permanecía ahí. Intentando volver a dormir.

Acababa de cumplir 18 años hace cerca de medio mes; la vida agradable que llevaba se terminó cuando le quitaron el collar que lo protegía y Malfoy había caído en esa irritante actitud dónde únicamente hablaba para preguntarle acerca de su día o preguntar esperando respuestas exactas respecto a dónde iba, a qué hora regresaba y con quiénes terminaría estando.

Si, Harry estaba harto pero habían veces en las que el Slytherin compensaba su comportamiento con creces y lo llevaba a lugares hermosos o permanecían juntos hablando de cualquier cosa tan linda que lo hacía olvidar que hasta hace un instante Malfoy había estado actuando como un imbécil. Tal vez estaba loco o quizá el Omega lo obligaba a gustar de cada una de las extravagantes características del rubio y él no tenía más remedio que seguir ahí y permanecer al lado del perfecto Malfoy que lograba estremecer su corazón con solo sonreírle en la mañana.

-¿Y bien? ¿Cuál es mejor? ¿El azulino, el azul italiano o el azul acero?- Draco se giró y le mostró tres pequeños trozos de tela; Harry supuso que se trataría del terno que usaría esa noche en su aniversario y sonrió divertido.

-Es azul, cualquiera está bien-

-Se ve que no entiendes nada Potter, esta es una situación especial y si salgo vestido con un azul incorrecto las fotos que nos tomarán se verán mal, ¿Que color elegiste tú? Hay negro satinado pero creo que otro tipo de negro te quedaría mejor...-

Malfoy colocó los pedazos de tela en la mesa de noche en su habitación y corrió directo a la puerta, la abrió y cuando Harry estuvo solo en la habitación decidió que lo mejor sería dejar que el rubio se encargara del color.

-¡Potter! ¡Este color no va a combinar con ninguno de los azules que elegí!-

Harry sonrió dentro de la iluminada habitación y fijó su mirada en la fotografía que descansaba sobre la mesa de noche. Encontró la imagen familiar que veía cada vez que iba a la mansión del rubio y acarició el marco con la mano.

Él no era tonto, podía parecerlo o tal vez demostrarlo de vez en cuando pero había cosas que notaba sin necesidad de hacerlo notar. Draco quería marcarlo; él aún dudaba que aquello fuese lo correcto conociendo la actitud explosiva del rubio y trataba de no hacer notar que sabía lo que se ocultaba detrás de la actitud molesta de Malfoy.

-Potter, mamá dice que tus elecciones respecto a cosas tan importantes como el color de tu ropa son horribles y va a intervenir, ya eligió el lugar de la cena e invitó a Pansy y Blaise para una pequeña reunión después de aquello, todo está listo así que ve a vestirte-

Draco entró a la habitación y lo observó como normalmente lo hacía, sonrió con cariño cuando notó la expresión que Harry siempre ponía cada vez que pensaba y se acercó.

-Hay algo quemando tus neuronas, deja de pensar o no quedará ninguna-

Dejó un pequeño beso sobre su mejilla y con cuidado olió el suave aroma que desprendía su Omega. Recorrió con sus manos la cintura del azabache y aún con la ligera sutileza que lo caracterizaba giró el rostro de Harry y sonrió con malicia.

-Lo sé Potter, aún sin necesidad de usar legeremancia siempre voy a saber lo que estás pensando, eres tan transparente que ni siquiera tengo que intentarlo-

Harry se congeló cuando Malfoy susurró en su oído izquierdo. Y en el fondo, aún sabiendo que lo que decía el Slytherin no era verdad del todo asintió con la cabeza.

Porque Harry había dejado de ser transparente hace un año y sabía que de alguna manera la forma en que Draco podía deducir cualquier cosa lo aterraba. Lo hacía sentir envidia por lo astuto que resultaba el Slytherin y lo dejaba sin poder olvidar la manera en que había sido engañado durante la guerra.

A pesar de saber que tenía que dejar de hacerlo sabía que muy imposiblemente un Slytherin podría decir la verdad.

-Te amo Harry-

Draco lo abrazó y Harry se sintió tan cálido que vaciló ante su propia conclusión. Tomó aire y se dijo a si mismo que él era diferente, que Malfoy sería incapaz de volverlo a engañar justo ahora.

-Tengo que ir a cambiarme, nos vemos en la cena- la voz susurrante volvió a chocar sobre su mejilla.

Ambos se soltaron al mismo tiempo y con una sonrisa Draco se alejó de la habitación con rapidez.

Entonces ya fuera de la habitación Malfoy respiró profundo, tocó su frente y limpió el sudor frío que había aparecido justo después de salir del cuarto. Extrañamente se sentía más intranquilo desde que había llegado a su casa con Harry y lo había presentado a su familia de manera "formal". Sabía que tendría que hablar con ellos en algún momento, también sabía que al principio no sería bien recibido por lo que cuando su padre lo llamó para acordar ciertas cosas no se extrañó. Ya lo esperaba.

Sabía perfectamente que el hombre se opondría, claro que lo haría después de ver todo lo que el profeta había publicado sobre él y su familia. El día que Draco llegó frente a su padre fué que dudo fervientemente de estar haciendo todo bien. Se sentía bien, tan bien que la calidez que se instalaba en su pecho cuando estaba con Harry lo hacía sentirse como alguien bueno. Alguien tal vez un poco merecedor de lo que le estaba pasando hasta el momento.

Draco dudó, se paró frente a la puerta que lo separaba de Harry y cuando estuvo a punto de pedirle que se fuera su padre apareció detrás suyo deteniéndolo en seco.

—Sabes que tienes que hacerlo— la voz de su padre sonó grave justo detrás de él, sintió el agarre sobre su hombro, amenazante como de costumbre y suspirando fastidiado se quedó estático. —Potter no puede ganarte en esto también—

—Hay otra salida padre, no voy a hacerle daño, no quiero—

—Es solo un Omega y medio mundo mágico está hablando de nosotros, después de la guerra nuestra imagen quedó hecha polvo y lo estás empeorando, ¿No te avergüenza salir de esa manera en la prensa superficial? O te deshaces de ese Omega, o de eso me encargaré yo—

Apretó los dientes entonces, el alfa dentro suyo gruñó enojado y sintiendo su orgullo por el suelo se alejó dando zancadas. Cruzó por el pasillo hasta perderse en la oscuridad y tirando las cosas antes de llegar al balcón quiso gritar desesperado.

Pero Harry era feliz, y él no merecía la felicidad que estaba sintiendo a su lado.

Pero Harry era feliz, y él no merecía la felicidad que estaba sintiendo a su lado

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You Should┇Drarry┋-omegaverse-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora