Diego no durmió en toda la noche al igual que la primera persona que el había amado en su vida y creyó que se quedaría ahí, en un lindo recuerdo pero no, tenía que aparecer ahora que el estaba a casi tres meses de cumplir los cinco años con Belén y le iba a pedir matrimonio, por fin se sentía listo y no creyó justo que el destino se lo mande justo ahora.Die, estás muy distraído, ¿te pasa algo?....
El nombrado se encontraba en un Bar desayunando con su prima, en realidad mejor amiga pero eso fue lo que dijeron a su novia para que no tenga celos de ella, cerró sus ojos tirando su cabeza hacia atrás junto con su pelo y suspiró cansado antes de contestar.
- te estas arrepintiendo de lo que estás por hacer?...- niego antes de hablar, sabía que con ella podía hablar de cualquier cosa pero las palabras no me salían.
Recuerdas a Dany?...- me mira sorprendida sin dejar de beber su jugo haciendo ese ruido que tanto odia, si no fuera porque siente que se está ahogando en un vaso de agua se reiría de ella.
Si?... dime que no le has contado a Belén de el y te dejo?...- niego.
- ¡¡gracias a Dios!!...- lleva una mano a su pecho de forma dramática logrando que ahora sí mis labios se curven hacia un costado.
Ya te dije que sos muy dramática?...
No, solo me has dicho que me amas...
Por tu drama es que te amo...- dejo un beso en su mano cuando la estira en mi dirección sonriendo con ternura.
Dejando eso de lado, ¿que paso con el?...
Está aquí...- escupe toda la cerveza hacia un costado y lo agradezco porque si lo hacía en mi cara ahi si que la mataba.
¡¡¿QUE?!!!...- le hago seña de que baje la voz.
- ¡¡¿ES JODA?!!...
¡¡¿TE PUEDES CALLAR?!!...- grite en un tono que solo ella me pueda escuchar agarrandola de la oreja como hago cada vez que me hace enojar.
Yo no sé todavía como no tengo la oreja por el suelo por tu culpa...- me saca la lengua haciéndome reír.
Ignorando su reclamo comencé a contarle como me enteré, cómo me sentí, como estoy ahora, pero lo que no pude contestarle fue el que pienso hacer porque ni yo lo se, en la clase aun no lo e visto porque para mi mala suerte lo tengo una vez a la semana asique todavía tengo dos días para pensar cómo actuar cuando lo vea y qué decir, nos quedamos un rato más hasta que llegó el momento donde ella se va a la facultad al ser secretaria de la directora y yo a la otra facultad a la que también doy clases.
...........
Dany...
Dany se encontraba ansioso y nervioso pues el momento había llegado, era Lunes y el estaba cien por ciento seguro de que Diego ya se había dado cuenta de que estaba ahí, aún no entendía porque el destino seguía moviendo las piezas se su rompecabezas de vida, llegó a pensar que el destino se había obsesionado con el y quería hacerlo pasar por todas las situaciones y sentimientos posibles antes de que sus ojos se cierren para siempre, ya que aun le seguía pidiendo a las grandes olas que danzaban frente a el que se lo lleven de una vez por todas, hasta llegó a gritarles en un momento de enojo que el no sabía nadar así que no le hará el trabajo difícil, pero estas lo ignoraban siguiendo con su danza, estas últimas tres veces frente al mar fueron las únicas en las que no lloró desde que estaba ahí dejándolo sorprendido cuando se dio cuenta de lo ocurrido.
Al volver a la facultad el día aunque se le hizo eterno paso tranquilo, nada de lo que el imaginó, ni ninguno de los diferentes escenarios donde se veía con el paso y eso en parte lo dejo tranquilo, por suerte Dany no lo reconoció, tampoco es que tuvieran tiempo para hablar, el no podía simplemente acercarse a hablarle como si estuvieran en un bar, es por eso que apenas terminó la clase se fue hacia su lugar en el mundo.
La roca.
Una vez ahí se sacó la mochila, se sentó en la arena y cerró los ojos tratando de concentrarse en el sonido que la naturaleza le ofrecía para dejar de pensar en Diego pero no pudo ya que sintió un carraspeo que lo hizo abrir los ojos llevándose la sorpresa de que estaba a unos pasos de el, Dany sin poder evitarlo lo escaneo de arriba a abajo sin importarle lo que el piense.
Hola Dany....
Hola Diego, ¿quieres sentarte?...- lo dudo un momento pero lo termino haciendo a una distancia considerable, note su nerviosismo es por eso que no dije nada de la distancia que tomó.
Desde cuando estas aquí?...- seguí con la mirada perdida en algún lugar del mar y sin mirarlo conteste.
Van a ser ocho meses... ¿tu?...- ambos seguíamos hablando sin dejar de mirar el mar pero si había algo que compartimos y era el no estar incómodos con la presencia del otro.
Desde que terminamos la secundaria...- pestañee varias veces asombrado pero no lo mire.
Wauuu, eso es mucho tiempo, pasaron casi...
Siete años...- contesto por mi bajando la mirada para posicionar la cabeza entre sus piernas.
- había tantas preguntas que te quería hacer, tantas cosas que te quería decir cuando lograra volver a verte si es que eso pasaba y ahora que te tengo aquí no me salen....- podía sentir su impotencia pero no me acercaria, no si el no lo hace.
Está bien, ¿cuéntame de ti?... ¿porque viniste a la punta del país?...
Por el mismo motivo que tu...- nos miramos un momento antes de seguir hablando.
- para escapar de los problemas aunque hay un noventa y ocho por ciento de probabilidades de que los tuyos no sean los mismos que me trajeron aquí...- lo mire juntando mis cejas al no entender.
- tu...
Yo?...- pestañee varias veces para salir del asombro mirándolo.
Si, me vine aquí para escapar de ti, pero no quiero hablar de eso ahora, cuéntame qué te trajo a mi, digo aquí...
Es largo...- suspire sin mirarlo.
Soy todo tuyo por tres horas...- contesto mirando su reloj.
- para hablar obviamente...- sonreí de costado al verlo avergonzado.
Te entendí, no era necesaria la aclaración, lamentablemente yo no tengo mucho tiempo...- me pongo de pie y el me copia.
Entiendo...- me saca el teléfono para agendar su número.
Llámame cuando puedas hablar, yo me are un lugar para ti...- sin esperar respuesta se fue, estaba hecho un manojo de nervios, sus manos sudaban, su cara ardía y el hecho de ver la diversión en mi cara no lo ayudaba, lo observe hasta que lo perdió de vista ya que detrás estaban las rocas y se fue a casa mientras agendaba su teléfono aunque no estaba seguro de si lo llamaría.
