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Erick y Dany amanecieron con un espectador cerca de ellos, su padre el cual había estado esperando noticias de ellos se encontraba sentado en el sillón individual que ocupaba una de las esquinas del cuarto a la espera de que alguno de los dos despierte hasta que escuchó un ruido proveniente de afuera que llamó su atención, dejo los papeles que estaba leyendo a su lado, la computadora sobre los papeles y sus anteojos juntos con la pluma que tenía en sus dedos para jugar con el sobre la computadora, los miró un momento para comprobar que aún dormían y salió, al llegar a la cocina le apuntó al hombre que estaba metido dentro de una bata con una taza de café en su mano justo en su cabeza, este al sentirlo deja la taza a medio camino para poder saludar a su visita inesperada.

Buenos días Pedro...- al escucharlo saque la capucha que cubría su rostro quedando sorprendido por tener frente a mí a la última persona que esperaba encontrar, mi amigo tenía la cara golpeada, una larga barba, su pelo demasiado largo y desprolijo para lo que acostumbraba usar pero su mirada era inconfundible.

- aquí está tu café...- arrastra una taza hacia mi.

Cómo sabías que era yo?...- sonríe de lado mirándome.

Podrás ser muy silencioso amigo, pero  reconozco tu perfume así tenga los ojos cubiertos...- sonreímos antes de abrazarnos.

Estos desde que eran más cercanos gracias a Angela se habían vuelto más compinches, es por eso que Pedro se sintió un poco perdido sin el, Raúl siempre estuvo para su marido pero cuando no podía estar Pedro sabía que podía contar con la compañía o la ayuda de su amigo y el hecho de que deje de estar de la noche a la mañana lo había hecho sentir algo perdido.

- sentémonos y te cuento...- pidió al separarnos, gire sobre mis talones siguiéndolo hasta la mesa.

Marco tomó un sorbo de su café antes de comenzar a contestar todas las preguntas que su amigo-hermano le iba haciendo durante el relato de todo lo que había  escuchado y vivido en ese lugar todo esos meses, también le contó como habían logrado atraparlo y como había sido ayudado a escapar por un chico que si bien estaba metido en los negocios de su tío había demostrado tener un límite, por lo que la tortura no entraba en sus posibilidades, dentro de el aún había un poco de humanidad y gracias a Dios la usó con Marco, al cual llevó en su espalda hasta uno de los barriles azules que debían ser tirados al agua con restos de cosas que ninguno de los dos quería saber el paradero, lo metió dejándolo destrabado para que pueda huir con facilidad y Marco le prometió que si salía vivo de esa le estaría eternamente agradecido y que podría contar con el para lo que necesite, el chico solo asintió antes de cerrar el barril y volver sigilosamente a la casa antes de ser descubierto.

Erick fue el primero en despertar después de ser empujado su cuerpo con un pie varias veces, refregó sus ojos y cuando logro visualizar bien a la persona frente a el maldigo al ver a su papá metido dentro de un impecable traje negro, con una mano en el bolsillo y con una taza de café en la otra, el sabía que vendría, conocía bien a su papá, pero estúpidamente pensó en la posibilidad de que cuando los vea dormir se vaya pero por lo visto no fue así y lo comprobó cuando al mirar hacia la puerta vio a su tío recostado en esta con sus piernas cruzadas, una mano en el bolsillo y otra siendo ocupada por una taza de café.

Se puso de pie sin despertar a Dany y salió tras ellos luego de colocarse el pantalón y la remera, al llegar al comedor luego de haber pasado primero por el baño para higienizarse, una taza de café y un golpe en la nuca lo esperaban, sonrió acariciando la zona dolorida recordando viejos tiempos cuando se mandaba alguna macana y su papá le pegaba antes de cubrirlo con su tía o su madre, luego de eso comenzaron a hablar entre los tres para arreglar el reencuentro de Marco con su mujer. 

Los días corrían y Marco estaba cada día mejor, ya le habían quitado las vendas de la costilla, solo algunas marcas en su rostro se negaban a abandonarlo haciéndose notar apenas al tener cutis claro, la medicación iba disminuyendo a medida que pasaban los días y el lo agradeció al no ser muy amante de los remedios, pero debía hacerlo para poder volver con su mujer y con su hijo del cual supo de su existencia por un descuido de Erick.

Solo faltaban tres días para el gran día por partido doble, pero Marco no podía esperar para volver a verla, como tampoco creyó justo que sus sobrinos tengan que compartir su momento con el por mas que lo hayan ayudado, es por eso que cerca de la medianoche entró a la casa, le fue fácil pasar desapercibido al saber los códigos de seguridad, para donde enfocan las cámaras, las zonas poco transitadas y el pasillo de la oficina de Angela que lo llevaba directamente al cuarto de ella, subió tratando de respirar con normalidad pero estaba fallando, el miedo a que ella no lo reciba como espera lo tiene hecho un manojo de nervios, pero no quería perder más tiempo, corriendo el riesgo de ser mal o bien recibido subió los escalones de a uno tratando de calmar a su ya alocado corazón.

Llegó a la puerta de su antiguo cuarto imaginandose miles de escenarios con los cuales podía llegar a encontrarse una vez que golpee la puerta del cuarto de la única mujer que amó en su vida, pero nunca llegó a golpear al recordar algo que quería hacer primero por lo que cerró su mano en un puño y caminó unos pasos más hasta llegar al cuarto de su pequeño príncipe, al entrar este era alumbrado con solo la tenue luz de un velador el cual descansaba junto a la cuna, sonrió y entró rápido al escucharlo quejarse, pero su sorpresa fue enorme al encontrar una cuna del otro lado de cuarto pintada de rosa, sin poder evitarlo sonrió caminando rápido hacia ella, el siempre digo que si algún día llegaba a tener la posibilidad de encontrar a una mujer que lo ame tanto como el a ella y que si de ese amor nacía su primer hijo, deseaba que fuera una niña tan hermosa como la madre y estaba feliz de ver que fue así, en ese momento juro amarlos y protegerlos con su vida si era necesario.

Por lo único que se arrepentía de haber insistido tanto en hacer ese trabajo al considerarse el mejor para llevarlo a cabo era el haberse perdido las primeras semanas de sus hijos, pero igual está feliz de que estén sanos y salvo, hizo anotación mental para asesinar a los otros tres por no haberle dicho que eran dos antes de uno de camino al baño para higienizar bien sus manos, sacudió su cabeza para dejar de pensar en ellos al ver que su pequeña lentamente comenzaba a abrir los ojos, lágrimas de felicidad cayeron por sus ojos al ver que había heredado los hermosos ojos verde de su madre, la destapó con cuidado para tomarla en brazos cuando está comenzó a hacer puchero anunciando que en cuestión se segundos comenzaría a llorar, sonriendo beso toda su cara con mucha delicadeza una vez frente a el y ella pareció reconocerlo al dejar de hacer puchero cuando volvió a conectar su mirada con la de su padre.

La depositó sobre su brazo izquierdo y está enseguida tomó uno de sus dedos de la mano derecha con la cual su padre acababa de sacar un pelo que para llevarlo a su boca y agradeció el haberse higienizado bien las manos antes de que despertaran, su pulso se aceleró paralizando su cuerpo en el lugar por lo que solo pudo girar su cabeza para encontrarse con el amor de su vida recostada en el marco de la puerta con los brazos cruzados y esa mirada relajada que el tanto amaba, va, el amaba todo de su mujer pero debía ser sincero, cuando ella estaba enojada o preocupada con algo todos estaban tensos porque no sabían lo que podía llegar a pasar, Angela era muy impredecible y eso los tenía tensó a todos la mayoría del tiempo y el no era la excepción.

Angela...

Hola amor...- dijo con cariño, el sonrió con más lágrimas cayendo por sus ojos y solo pudo decir una cosa antes de que un nudo se forme en su garganta impidiéndole hablar.

Perdón...

El Policia IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora