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Su mujer caminó lentamente hacia el sería mientras el aprovecho a observarla comenzando por sus pies descalzos, continuando por sus largas y tonificadas piernas, siguiendo por su camisón que era tan transparente que si no se ponía nada daba igual y con un triángulo en su zona íntima que apenas se la cubría provocando que se le hiciera agua la boca, al estar frente a esta ella tomó su cara entre sus manos tratando de secar sus lágrimas pero era inútil, estás no tenían intenciones de parar, Marco estaba derramando todas las lágrimas que no había derramado en todo ese tiempo al exigirse tener que ser fuerte por ella y lo logró, porque de haberse derrumbado antes ahora no estaría frente a ella, aunque él sabía que todo el crédito no era solo suyo sino de ese chico el cual esperaba que se encuentre bien y no haya sido descubierto para poder seguir con vida, abrió los ojos luego de haberlos cerrado unos minutos para disfrutar de la calidez que transmitían las manos de su mujer al tocar su piel.

No te das una idea de la cantidad de veces que soñé con este momento...

Yo igual...- dejo sobre mis labios un beso tan delicado que me sentí desfallecer en cualquier momento y aunque mi cuerpo exigía tirarme sobre ella para poseerla y devorar su boca sabía que no podía hacerlo al estar mi pequeña princesa entre nosotros.

-creo que conociste a la pequeña Susana...- al escuchar el nombre de mi madre no pude evitar sonreír con felicidad ante el hermoso gesto que mi mujer tuvo conmigo, pero mi sonrisa se borró al recordar que ella no sabía de mi paradero, que estaría preocupada y que si le había pasado algo en mi ausencia o por mi culpa no me lo perdonaría jamás.

- tranquilo, ella está aquí... de hecho, los dos ya que tú hermano volvió y dijo que no se movería de aquí porque el te juro cuidarnos si en algún momento tú no estabas y al igual que tu madre, después de tres Viernes sin saber de ti se vino hacia acá...- continúo hablando como si hubiera leído mis pensamientos, mis ojos se abrieron tanto ante la sorpresa que Angela por su cara seguramente pensó que se me saldrían hacia afuera como en los dibujos que miraba de niña.

Cómo que están aquí?...- asintió sonriendo.

Luego te cuento, ahora dejemos a Su dormir en su cuna...- la tomó en brazos con cuidado para no despertarla.

- ve a conocer al pequeño Dominic...- deje un beso sobre sus labios y camine sólo unos pocos pasos antes de llegar a la otra cuna donde mi pequeño descansaba tranquilo sin enterarse de nada.

Ella lo abrazó con delicadeza por detrás dejando su mentón sobre su hombro como solía hacer en la intimidad de su cuarto cada vez que despertaba y él ya no estaba en la cama, sino que estaba parado frente a la ventana mirando nada en particular mientras se perdía en sus pensamientos hasta que su cuerpo le avisaba que la mujer que amaba ya había despertado, más lágrimas cayeron por sus ojos las cuales limpió rápido cuando está lo giró al notar lo que estaba pasando, se quedaron abrazados con su frente descansando en el hombro de su mujer un momento hasta que él decidió cortar con el silencio.

Cuando estuve encerrado... no me importaba cuántas veces me golpeaban, si me alimentaban o no, si me daban agua y comida sucia o no... lo único que me mantenía vivo era hacer yoga porque era mi canal de contacto con ustedes, cada vez que hacía yoga me transportaba mentalmente a momentos nuestros juntos, a conversación nuestras dónde hablábamos de cualquier cosa o donde nos decíamos lo mucho que nos amábamos y eso hacía que cualquier dolor desaparezca de mi cuerpo....

Pero cómo escapaste?...- negué.

Eso no importa ahora, luego hablamos de todo, lo único que quiero ahora es estar con mi mujer...- Angela sonrió cuando lo hice acercándome a ella para besarle sus hermosos labios.

No te das una idea de lo necesitada que estaba mi piel del contacto con la tuya...- devore su boca de forma lenta, pegando nuestros cuerpos para que ella pueda sentir el bulto bajo mi pantalón deportivo,  mis manos hicieron un recorrido lento desde su cintura a su trasero haciendo un poco de presión al tenerlo entre mis manos para que ella salté sobre mi y eso hizo.

Sin cortar el beso la llevó hacia el cuarto caminando tranquilo, pero tuvo que detenerse en la puerta dejándola contra el marco para que no se caiga cuando sus dedos ansiosos por sentirla no pudieron esperar más para colarse dentro de su braga, estos no dejaron un lugar sin acariciar, turnando las caricias con el vaivén de su mano para meterse dentro de ella logrando que Angela se retuerza en los brazos de este, volvió a devorar su boca para callar los gemidos que sus dedos estaban provocando, los dos estaban desesperados, se tocaban, se acariciaban, se besaban con ansias, chupaban partes de sus cuerpos que al otro día aparecerán con marcas pero nada les importaba, era más fuerte el deseo acumulado que eso, la poca cordura que le quedaba a Marco le recordó no solo que estaban en la puerta del cuarto de sus hijos, sino que su madre estaba en la casa y no iba a ser nada bonito que los encuentre en esa situación.

Sus dedos se salieron del interior de su mujer haciéndola maldecir ante el abandono pero este solo sonrió ante su cara de asesina ya que en unos minutos le daría más placer del que le estaban dando sus dedos, la volvió a tomar del trasero para cargarla hasta el cuarto sin dejar de besarla, una vez con la puerta cerrada y con su mujer sobre la cama volvió a está sacándose la ropa en el camino para no perder tiempo al esperarlo su mujer arrodillada en el borde de esta para poder besarlo y sus manos traviesas otra vez volvieron a su intimidad.

Pero esta vez tenía competencia ya que la mano de su mujer había ido a su hombría, luego bajó lentamente por su pecho hasta llegar a esa parte de su marido que tanto le gustaba y se lo metió en la boca haciendo ese sonido que a su marido tanto le gustaba que haga cada vez que lo chupaba, este tiro apenas su cuerpo hacia adelante para romper su braga y poder dirigir nuevamente sus dedos a la entrada de su mujer, pero esta vez no estaba siendo tan delicado al estar igual de desesperado que ella o mas, en un movimiento rápido la giró dejándola de espalda al colchón quedando totalmente expuesta frente a el al tenerla de los tobillos, rápidamente se puso de rodillas para hundir su cara en esa zona que el también tanto amaba de su mujer volviéndola loca de placer, quería parar y penetrarla pero no podía gracias a los jadeos y la forma tan sucia con la que esta le estaba hablando, cuando finalmente logró hacerla explotar de placer, siguió haciendo su trabajo pero de forma suave hasta que quedo satisfecho, luego se puso de pie para sentarse a su lado y traerla contra el quedando esta a horcajadas sobre sus piernas, sin perder tiempo se hundió en ella para que esta lo cabalgue.

Esa noche no descansaron ni un minuto, es como si no lograran saciar sus ganas del otro, la única diferencia con las veces anteriores era que no habían usado ninguno de los juguetes de Angela, todo fue natural, solo usaron sus manos, sus bocas y las diferentes posiciones que se le iban ocurriendo en el momento hasta que la luz comenzó a filtrarse por la ventana anunciando que una nueva mañana había llegado, estaban exhaustos, sudados y les dolían algunas partes de su cuerpo pero nada grave que no pueda arreglarse con un medicamento.

Estaban tan cansados que en ningún momento notaron a Pedro entrar, el cual los observaba con asombro al no esperarse encontrarlo ahí, los miró un momento de camino a la ventana agradeciendo que ambos estén durmiendo boca abajo, en realidad, el problema no era Angela porque ya la había visto desnuda millones de veces y no causaba ningún efecto en el, el problema era si aparecía su celoso marido y lo encontraba ahí con Marco durmiendo completamente dormido boca arriba, abrió las ventanas, cerro las cortinas y salió de ahí agradeciendo que las paredes de los cuartos sean todas anti ruidos, sino no hubieran podido dormir en toda la noche, aunque seguramente estuvieron igual que ellos.

El recordar eso causó que su amigo bajó el pantalón latiera haciéndolo volver al cuarto donde el sabía que seguramente encontraría a su marido en el baño, por lo que de camino a este fue aflojando su corbata y desabrochando los botones de su camisa para no perder tiempo apenas entre, una vez en el baño lo observó desde la puerta mientras se sacaba la ropa para luego colarse en la ducha junto a él, su marido obviamente no opuso resistencia y Pedro lo agradeció.

El Policia IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora