One Shots Aralas

Alive

Esto es algo corto pero espero lo disfruten.

— Le Abdollen

Esas palabras no dejaban de dar vueltas en su mente mientras el hermoso elfo se encontraba frente suyo contemplandolo con un gesto altivo y una sonrisa de alegría y alivio.

Aragorn no hizo ningún movimiento, no pudo atreverse, no parpadeó, no dijo nada, se sentía increíblemente tonto por permitir que una sonrisa lo abrumara de esa forma, pero no tenía remedio si se trataba de la sonrisa de Legolas acompañada de sus gestos altivos y su mirada desafiante.

- te ves terrible - observó el rubio mientras su sonrisa se hacía más grande. Aragorn reaccionó ante ese comentario y se permitió sonreír un poco antes de alejarse de aquel sueño que sabía no debía perseguir.

Legolas bajó la mirada y sujetó la mano del dunedain rosando ambas manos ásperas por el uso de armas pero una notablemente mucho más delicada que la otra.
Aragorn bajó su mirada con el corazón latiendole desbocado debido a aquel sutil e inocente rose de piel, entonces se encontró con el balde de realidad que hizo que su alegre corazón se apagara, era la joya de Arwen, su Arwen, la hija de aquel que lo había criado como a un hijo, la unión que cada día estaba menos seguro de llevar a cabo.

Legolas alejó su mano y el pelinegro casi pudo sentir que el elfo no quería soltarlo pero se vió obligado a hacerlo, aunque... seguramente era solo producto de una mente cansada y un corazón anhelante.

- Hannon-le - respondió el dunedain y se forzó a sonreír, miró a Legolas y al encontrarse con él cielo estrellado en esos ojos su deseo se apoderó de él y envolvió la fina cintura del elfo atrayendolo a su cuerpo y enterrando el rostro en los rubios y largos cabellos de este.

Legolas se sorprendió un momento pero ¿que podía ser más allá de un abrazo entre amigos? Nada.

Llevó sus brazos hacia el cuello de Aragorn y se sostuvo envolviendolo, disfrutando el contacto, disfrutando la felicidad volviendo a el con ese simple abrazo, cerró los ojos y acomodó su rostro en el hueco entre los hombros y el cuello del pelinegro. Aragorn sintió que el corazón se le saldría del pecho cuando la respiración del sindar le hizo cosquillas en el cuello y decidió que si lo envolvía con más fuerza no habría ningún problema así que simplemente lo hizo, lo apresó deseando jamás soltarlo, aquello que sentía por Legolas le hacía sentir vivo como nunca antes se había sentido, simplemente... Vivo.

El elfo mordió su labio inferior cuando sintió el agarre apretarse sobre su cintura y cuando sus piernas flaquearon debido a lo que él creyó fue un fugaz beso en su cuello decidió que debía cortar con aquello. Sin ser descortés se separó del cuerpo ajeno y llevó su mano al hombro de Aragorn apretandolo con camaradería, el dunedain le miró confundido pero al final correspondió el gesto y ambos se dedicaron una sonrisa fingida antes de seguir por caminos diferentes, Aragorn hacia el interior del salón de rey y Legolas hacia donde nadie pudiera verlo.

El elfo caminó lo más rápido que sus cansadas piernas lo permitieron, era demasiado orgulloso para mostrar debilidad y rebajarse a pedir ayuda, no fue necesario de cualquier forma ya que Gimli se colocó a su lado sin parecer sospechoso.
Ambos caminaron en silencio hasta llegar al lugar del refugio más apartado de las personas y sólo entonces Legolas se detuvo y se llevó una mano al pecho.

Se sentía sofocado, dolido, roto.

- ¿cuando vas a decirle? - preguntó el enano mientras apoyaba su gran hacha en el suelo.

Legolas tragó saliva.

— ¿decirle que?

Gimli bufó frustrado.
- ustedes los elfos están locos, se creen tan sabios e inmortales - se quejó - ¿cuando le dirás a Aragorn que estás muriendo? - preguntó molesto.

El elfo hizo un gran esfuerzo por erguirse como era debido y negó con la cabeza.

- nunca pensé que moriría debido a la tristeza de los elfos, prefiero que se quede de esta forma, como mi secreto - Legolas pudo darse cuenta de que Gimli abrió la boca para decir algo así que lo interrumpió.
- Estel no va a enterarse de que estoy enamorado de él, su corazón le pertenece a la estrella de la tarde y yo moriré en batalla con honor antes de que esto me consuma por completo - Gimli le miró con desconfianza y tristeza pero al final asintió, los elfos eran demasiado testarudos y extraños para su comprensión.

Legolas le dedicó a su amigo una sonrisa de agradecimiento y momentos después se desplomó inconsciente en el suelo.
No era la primera vez que aquello sucedía y no era la primera vez que Gimli lo presenciaba, lo único que podía hacer era rogar porque su amigo abriera los ojos.

Agotado, Gimli se agachó a la altura del elfo inconsciente y apretó el hombro de este.

- mi amigo, solo espero que tengas la fuerza y el tiempo suficiente para partir como lo deseas - pidió en voz baja.

Aragorn jamás sabría que Legolas perdía su luz debido a él y Legolas moriría sin saber que la única razón por la que Aragorn sobrevivió fue para poder volver a sus brazos una última vez.