Portrait

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El cálido sol de la mañana debería estar colandose entre las cortinas justo en ese momento, pero por el contrario afuera llovía con intensidad y las ventanas eran mojadas con fiereza provocando un ruido húmedo. El molesto sonido de un despertador hizo que el rubio se removiera incómodo y adormilado, estiró su brazo con pereza para poder apagar el molesto aparato y estuvo a punto de retirar la manta de su cuerpo cuando un fuerte brazo lo atrajo hacia el cuerpo contrario ocasionando un quejido al sentir tan fuerte agarre en su delgado torso.

- no, hoy no irás a la escuela - exclamó el pelinegro mientras se aferraba con fuerza al delgado cuerpo del universitario que intentaba sin éxito liberarse de aquella prisión.
Legolas suspiró y tragó saliva, jamás admitiría que aquella compañía realmente le gustaba.

Habían pasado ya un par de años desde que Aragorn hizo una visita a la universidad de Mirkwood Town, el había ido principalmente en busca de estudiantes de modelaje, necesitaba una nueva musa ya que Arwen había tenido que renunciar al empleo para viajar a otra ciudad con su familia y aquel viaje no tendría retorno. Aragorn no podía pintar sin un modelo así que necesitaba a alguien de gran belleza a quien pudiera utilizar en sus pinturas, pero todos aquellos jóvenes carecían de profundidad, hermosos y hermosas sin duda, pero no eran personas a quienes podría utilizar como inspiración así que decidió dar una vuelta por el resto de la escuela en busca de algo distinto. tuvo la suerte de llegar al campo abierto justo cuando la práctica del equipo de arqueria se llevaba a cabo. Fue en ese momento que su corazón dió un vuelco al observar a un joven de largo cabello rubio casi tan blanco como su pálida piel, al estar en posición pudo notar su cuerpo atlético pero delicado y su perfil era sencillamente hermoso. Podría decirse incluso que Aragorn se enamoró del joven y que una necesidad de que le perteneciera se apoderó de él.

Por su parte Legolas necesitaba dinero para continuar estudiando ya que su padre se encontraba internado en un centro de rehabilitación debido a un problema con el alcohol y a pesar de contar con dinero de respaldo las cuentas seguían llegando.
Aragorn le ofreció el empleo y el aceptó sintiéndose halagado, nunca imaginó que a partir de aquel día su vida se volvería tan... Peculiar.

Aragorn tomó el pincel y lo colocó detrás de su oreja mientras se acercaba a su modelo para acomodar el material nuevamente.

En el apartamento podían apreciarse numerosos cuadros de todos los tamaños en donde el protagonista era un joven rubio de cuerpo envidiable. En cada pintura su posición era diferente pero todas se caracterizaban en que su torso se encontraba al descubierto y su rostro no era del todo revelado gracias a hermosos antifaces que cambiaban en cada cuadro.

Las personas que admiraban el arte del pelinegro a menudo se preguntaban cuál sería el secreto que este poseía para darles a sus cuadros ese toque tan erotico y seductor, se preguntaban si aquel joven realmente existía o era solo producto de una talentosa imaginación.

Lo cierto es que detrás de tan perfectas obras se escondía un juego de seducción que a ambos, modelo y pintor les extasiaba, claro que ninguno lo admitiría.

Aragorn acomodó el antifaz elegido para aquel cuadro y volvió a su lugar detrás del lienzo.

Mientras tanto Legolas intentaba no emitir movimiento alguno mientras se encontraba vistiendo únicamente una fina tela blanca que cubría su miembro y parte de sus caderas, Aragorn pintaba y le miraba divertido pero la expresión en el rostro del rubio le incitaba a dejar el lienzo y simplemente hacer lo que tanto deseaba.

- si continuas con esa expresión este cuadro será demasiado erotico como para venderse

Legolas odiaba que Aragorn se burlara de él de esa forma, odiaba que se aprovechara de la situación y sobre todo odiaba que el mismo lo permitía porque ese juego se había vuelto tan adictivo como cualquier droga.

One Shots AralasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora