8-Nao abandonada

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-Dios... que resaca.- Dijo Máximo mientras bajaba las escaleras.

Máximo no había tenido más remedio que dormir en la habitación de Marcial poniendo un colchón en el suelo, mientras que las chicas habían dormido juntas en el sofá cama del comedor aún por recoger.

-Mi cabeza.- Susurró Saya con los ojos cerrados aún y con una mano en al frente, mientras Aiko se removía a su lado y salía corriendo hacia el baño para empezar a vomitar en el mismo momento que llegaba a este.

-Veo que vosotras no estáis mucho mejor.- Dijo Máximo sentándose en la mesa para beber un poco de agua directamente de la botella.

-Va a estar entretenido el viaje en barco.- Dijo Saya con la almohada en la cabeza.

Aiko salió del baño en ese momento y Marcial también hacía su aparición, ambos con mala cara y apenas color en su piel. En cambio, todo lo contrario a ellos, los pokémon dormían aún a pata suelta, sin intención aparente de querer despertarse.

-¿Te ayudamos a recoger?-Preguntó Aiko mientras se recogía el pelo castaño hacía atrás en una cola mal echa, mientras Saya se armaba de valor y salía de la cama con el pelo rojo alborotado.

-Tranquila, hacer tranquilos, yo hare en cuando pueda.- Dijo Marcial sentándose en la mesa y tomando algo de pastel que había sobrado para darle un bocado.

Con las fuerzas que les quedaban y con unas ojeras algo pronunciadas se vistieron y salieron de la casa de Marcial con sus pokémon dentro de las pokeball, viendo como Arenque los estaba esperando en lo alto de su barco con Wingull a su lado.

-¿Qué tal la fiesta chicos?-Preguntó con diversión cuando estos empezaban a subir. Veo que hace poco que la habéis acabado.

-Estuvo increíble, deberías haber venido.- Comento Saya con una pequeña sonrisa, pero el anciano negó con la mano.

-Aiko vino a avisarme, pero decliné la opción, y visto lo visto, creo que hice bien.- Dijo el hombre señalando a Aiko que estaba vomitando por segunda vez, pero esta vez directamente al mar. – Por dios, ¡Aiko!

-Era el mar o el suelo.- Dijo la chica aferrándose a la barandilla mientras Máximo le daba pequeños golpecitos en la espalda.

-Venga, poneos como podáis, zarpamos.- Avisó Arenque, por lo que en seguida se sentaron, poniendo a Aiko un cubo cerca por si acaso.

A pesar de que Arenque intentó ir despacio, para los entrenadores fue el peor viaje que hubiesen podido tener. Aiko por suerte ya no conservaba nada en el estomago, pero el cubo iba pasando de Máximo a Saya conforme iban teniendo arcadas, aunque por suerte, vomitaron poco.

-¿Estáis seguros de que podréis investigar?-Preguntó Arenque, frenando el pequeño yate delante de un barco medio hundido.

-No podemos atrasarlo, venga vamos.- Dijo Máximo levantándose, con Saya y Aiko andando detrás de él, pareciendo más dos zombies que dos personas.

Con cuidado bajaron del yate y se quedaron de pie en una de las rocas que tenia el barco atascado, y des allí empezaron a saltar de una a otra, hasta llegar al navío, dónde un hombre los saludó.

-Buenos días. Soy el encargado de la conservación de este navío. ¿Vienen de visita?

-Más o menos.- Dijo Máximo intentando mantener la cabeza clara.- Estamos haciendo un estudio del ecosistema que se ha creado dentro del navío. Necesitamos acceder a las zonas del barco inundadas.

-Si claro, suben por la antigua proa y allí verán una entrada a la parte inundada. Pero debo advertir que tengan cuidado. A pesar de que siempre se está vigilando la estructura para mantenerla lo mejor posible, uno nunca sabe que puede suceder allí abajo.

Pokémon, Los prismas de HoennWhere stories live. Discover now