1-Conociendo al profesor Abedul de Villa Raíz

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Tras la partida des de Ciudad Carmín, y con el problema del Team Rocket resuelto definitivamente, Aiko y Saya estaban en la parte delantera del barco, viendo como delante de ellas ya empezaba a dibujarse el puerto de Ciudad Portual en la región de Hoenn.

A diferencia de lo que se habían pensado en Johto, Entei y Suicune ya no se encontraban dentro de sus pokeball, sino que en cuando Entei había conocido lo bien que cocinaba la madre de Aiko, y lo cuidados que Mark hacía a Suicune, estos se habían querido quedar en lugar de acompañarlas, por lo que las entrenadoras no tuvieron más remedio que cumplir sus caprichos.

-Ay, que nervios, no me lo puedo creer, por fin llegamos.- Dijo Aiko con una amplia sonrisa, apoyada en la barandilla, con Saya al lado, que también se lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Y Máximo nos estará esperando en el puerto?

-Quedamos así, y supongo que lo va a cumplir, le hemos dado semanas de margen para llegar.- Dijo Aiko mirando al cielo, asegurándose de que Charizard seguía volando encima del barco, con Gengar asomándose en su ala.-Esos dos han cogido la costumbre de ir allí y ya no hay manera de verlos en tierra.

-Lo prefiero así, por lo menos Gengar ha perdido la costumbre de irse por su cuenta. –Dijo Saya dándole la espalda a la barandilla, suspirando al notar el aire marítimo alborotarle el pelo.

-También tenía su punto de diversión.

-Ui si, el día que nos colamos en el gimnasio de pueblo Verde me lo pase genial.- Bromeó Saya, como siempre que hacía referencia a su propio gimnasio.

Saya seguía siendo la líder del gimnasio, su ayudante Mark lo había estado llevando al principio de la temporada de la liga pokemon, pero Saya había conseguido llegar a tiempo para retar a los entrenadores que habían dejado su medalla para último momento, cosa que habían sido casi todos, puesto que a causa de un error en el mensaje de la radio, se dio a entender que el gimnasio volvía a estar cerrado hasta nuevo aviso.

No se habían podido quedar para ver en directo los combates de la liga pokemon, pero sí que habían seguido la mayoría de combates, sobre todo en los que salía Eco, como miembro del alto mando.

-Atención por favor, les informamos que en cinco minutos el barco llegará a puerto Portual de la región de Hoenn. Gracias por viajar con nosotros y esperamos que hayan disfrutado del viaje.

En cuando el comunicado finalizó, varias personas fueron a por sus cosas, dejando a Aiko y a Saya solas, puesto que sus maletas y estaban a sus pies, a punto para ser recogidas y desembarcar.

-¿Nerviosa?

-Muchísimo.- Dijo Aiko ante la pregunta de su compañera.

Ambas tenían claro que aquello que les esperaba superaba con creces lo que habían vivido hasta ahora. No iban a recorrer una región por mero placer o por necesidad de salir de ellas, iban en busca de unos objetos sagrados desaparecidos, y lo que tenía más nerviosa a Aiko, era que iban a hacerlo con Máximo.

Pasados los cinco minutos, el barco frenaba en el puerto, y colocaban los puentes para que la gente bajase, las primeras fueron Saya y Aiko, cargando la maleta en un hombro y con las pokeball atadas a su cinturón con un Charizard y un Gengar que habían accedido a comportarse en los siguientes diez minutos.

-¿Le ves?-Preguntó Saya mientras miraba a todos lados con Aiko, viendo muchas caras pero ninguna conocida.

-No, ¿Y tú? Quizá esta fuera.

-Aiko, Saya.- Ambas se giraron ante el grito, viendo como Máximo tenía una mano alzada y las saludaba entre la multitud, casi a primera fila.

A su lado estaba un hombre con una camisa azul y piratas de color caqui, que también las saludaba, debía tener cerca de cuarenta años, era bajito con el pelo castaño y un poco de barba, cargaba una bolsa de color marrón cruzada en el pecho, y en cuando Máximo se movió, él le siguió, encontrándose ya a un lado de la puerta.

Pokémon, Los prismas de HoennWhere stories live. Discover now