4-El ataque en bosque Petalia

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Tras la breve explicación, Aiko había asentido y no habían demorado en ponerse en marcha en dirección al bosque Petalia.

Pasaron por al lado del mar, en que Aiko y Saya no perdieron el tiempo en apuntarse a un par de combates, en que en ese momento Máximo se arrepintió de haber dicho que iban bien de tiempo.

Durante ese rato se olvidaron de lo que habían venido ha hacer y se dedicaron a disfrutar del viaje con los pequeños detalles que les daba ese sitio.

Treecko, Torchic y Marshtomp estuvieron fuera de la pokeball todo el trayecto, peleando y corriendo cada vez que Gengar los asustaba hasta que se refugiaban a los lomos de Charizard, solo que en algunas ocasiones Charizard estaba volando y los pokemon corrían tanto, que las entrenadoras tenían que correr detrás de ellos cada vez que se alejaban demasiado de ellas, mientras que Máximo andaba tan tranquilo, con la confianza de que nadie iba a perderse.

-Saya, ¿Has visto este pokemon? Que curioso.- Dijo Aiko en el momento que se le cruzó un grupo de Shroomish corriendo delante de ella. También vieron a un Slakoth salvaje durmiendo en lo alto de un árbol, mientras que los Zigzagoon se acercaban para jugar con los pokemon de Aiko, Saya y Máximo. Un grupo de Taillow hizo gritar a Aiko cuando salieron de golpe de la copa de un árbol, haciendo que Saya negase con la cabeza y Máximo se riera.

-No os riais o le diré a Marshtomp que os moje. -Dijo Aiko enfadada, pero teniendo que darse prisa a taparle la boca a su pokemon que ya estaba iniciando el ataque.- Espera, espera, no se ataca a los humanos.

-Este pokemon tiene un serio problema, se toma demasiado al pie de la letra lo que dices.- Dijo Máximo pensativo mientras Treecko y Torchic corrían alrededor de él, en que Torchic se tropezó y le dio un golpe de cabeza a Treecko.

-Ai va, Torchic ¿Te has hecho daño?-Preguntó Saya en seguida, recogiendo a Torchic del suelo y mirarle la cabeza.

-Go.. Grovyle.

-¿Eh?-Máximo se giró ante ese nuevo sonido, viendo como Treecho había evolucionado a causa de ese ataque y se miraba el nuevo aspecto con interés.

-Que bonito.- Dijo Aiko mientras Saya se lo miraba de cerca y le acariciaba la cabeza.

-Torchic, eres el siguiente.- Dijo Saya mirando el polluelo, que se encogió un poco, puesto que sentía que aún le quedaba mucho para poder evolucionar.

-Tranquilo Torchic, puedes entrenar con nosotros, yo necesitaré mucha ayuda.- Dijo Aiko mientras acariciaba la cabeza del pokemon con una pequeña sonrisa.- De seguro que Máximo estará de acuerdo.

-Claro, podemos encontrar un rato, y si yo no estoy disponible podéis entrenar con el igualmente, ¿Te parece bien Torchic?

-Tor... chic.- Dijo el polluelo mientras asentía y daba un pequeño saltito de alegría. Pero Máximo lo tomó al vuelo y le cubrió el pico con su pecho mientras que con la mano pedía silencio a los demás.

Tanto pokemon como entrenadores se quedaron en silencio, y luego lo escucharon. Una conversación que para nada parecía amistosa.

-He dicho que me la des.

-No os pienso dar nada.

-O venga ya, somos amigos ¿No? Los amigos comparten.

-¡No os he visto en la vida!

En seguida empezaron a correr viendo como un hombre vestido con un uniforme rojo y otro de color azul estaban acorralando a un chico con una bata blanca, como los que trabajaban para el profesor Abedul.

Pokémon, Los prismas de HoennWhere stories live. Discover now