En cuando confirmaron que Saya realmente solo dormía y que no estaba herida ni tenía ningún golpe, se centraron en encontrar algo que pudiera liberar a sus pokémon de aquellos collares.
Aiko puso más atención a lo que había ido encontrando, probando con todas las tarjetas y llaves que tenía allí dentro. Pero fue Máximo, quien usando una de las llaves encontró un mando a distancia pequeño en una de las habitaciones cerradas. Y pulsando un botón, todos los dispositivos se abrieron y cayeron con un fuerte estruendo al suelo, escuchándose en seguida los tonos de alegría de los pokémon al estar libres.
Y de eso hacia ya casi dos horas.
De haber sido por Aiko hubiese sacado a Saya lo antes posible, en lugar de entretenerse en buscar un dispositivo que liberase a los Pokémon. Pero Arenque había dado en el clavo. No era posible sacar a Saya de allí si Gengar no podía usar teletransporte para hacerla aparecer en el yate.
Los tres seguían sentados en la sala de espera del centro pokémon. Aiko llevaba su cinturón de pokeballs y el de Saya alrededor de la cintura, y todos los Pokémon estaban dentro de sus pokeball, a excepción de Gengar que estaba sentado al lado de la chica cabizbajo.
La enfermera Joy ya había salido algunas veces a decirles que Saya estaba bien, que tal y como pensaban solo estaba dormida por todo el somnífero que le habían echado encima, que no había de que preocuparse. Pero de todos modos la pierna de Aiko no dejaba de moverse en un tic que aparecía cada vez que estaba preocupada.
Máximo tampoco hablaba, la ultima vez que lo había echo había sido al llamar a los del centro pokemon para que los esperasen ya en la playa, explicando la situación de Saya y ya no había vuelto a abrir la boca, y si lo hacía, el labio le temblaba tanto que ni intentaba hablar.
Habían sido tal los nervios, que Arenque era el que había hablado con la agente Maya sobre el incidente en la Nao abandonada sin explicar que se habían llevado papeles y objetos que luego tendrían que mirar con más atención.
Por suerte, la agente no hizo muchas preguntas, y les dejó tranquilos con rapidez, dando su número de teléfono por si en algún momento necesitaba de su ayuda.
-Que caras más largas.
La voz somnolienta les hizo levantar la mirada del suelo, y Aiko se levantó en seguida para abrazar a su amiga, junto a Gengar.
-Que susto nos has dado.-Susurró Aiko, tardando un poco en soltarla, mientras Gengar se abrazaba a ella con una amplia sonrisa, y por raro que pareciera en él, sin nada de maldad.-¿Estás bien? ¿Te duele algo?
-Solo tengo algo de sueño. Pero la enfermera dice que puedo irme siempre y cuando no me meta en una ruta sola. Al parecer aún hay riesgo de que me desoriente o me duerma en cualquier momento. Aunque me ha puesto tanto alcohol en la cara que dudo que pueda volver a oler el somnífero.
Aunque intentó decirlo en tono de broma, no surgió ningún efecto en el trio.
-Mejor que descansemos. - Dijo Máximo con las manos en los bolsillos y los ojos un poco rojos.- Ya han sido demasiadas emociones.
No fue una pregunta en ningún momento, ni tampoco daba lugar a duda. Fue contundente, como un capitán que da órdenes a su grupo y las chicas solo pudieron asentir al darle la razón en aquello. Ya eran demasiadas emociones.
-Pediré una habitación para vosotros. - Dijo Arenque con voz suave, pero Saya negó con la cabeza, haciendo que el marinero la mirase sin entender.
-Le he preguntado a la enfermera si podía darme una habitación para así tenerla ya y subir lo antes posible. No quedan. Al parecer hay una feria y está todo ocupado.
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Pokémon, Los prismas de Hoenn
FanfictionSaya y Aiko por fin han podido salir de la región de Johto, dejando una aventura finalizada pero sin descansar. Ahora, se encuentran a bordo del barco que las lleva a ciudad Portual en la región de Hoenn, dónde Máximo las espera junto con el profes...