2-Si el rio suena, agua lleva.

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-Perdón, es que como no los he visto nunca.- Susurró Aiko con pequeños suspiros cansados. Alzando la mirada al ver a Charizard volar encima de ella hasta aterrizar de manera silenciosa.

-No te preocupes, aunque me gustaría llegar a Ciudad Petalia antes de que anocheciera.- Dijo Máximo empezando a andar hacía el interior del pueblo, donde un hombre que hacía propaganda no dudó en acercarles.

-Buenos días, me alegra veros chicos, ¿Habéis probado las nuevas pociones? Incluso un líder del alto mando puede agradecer en un momento dado tener una a mano. Tomad una de muestra, y no olvidéis visitar nuestras tiendas de vez en cuando.

-Gracias.- Dijo Aiko junto a Saya, mientras recibía la propagada, pero en cambio Máximo declinaba la oferta con un movimiento de mano.

-Muchas gracias, pero voy servido.-Dijo con una pequeña sonrisa.

- Hubiese sido raro que un líder de alto mando fuera sin provisiones.- Dijo el vendedor mientras asentía y luego se giraba para ir hacía la tienda pokemón, perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo.

Pero no solo fue el quien perdió el equilibrio, pocas milésimas de segundo más tarde, el suelo vibró bajo los pies del trio, haciendo que Aiko cayera de culo al suelo, mientras que Máximo y Saya se arrodillaban en seguida, notando cómo la vibración aumentaba un poco y luego acababa desapareciendo.

-¿Eso ha sido un terremoto?-Preguntó Aiko mirando a su alrededor.

La magnitud había sido poca, las casas y centro pokemon no habían sufrido nada, posiblemente, si hubiesen estado prevenido o corriendo apenas hubiesen notado nada.

-Pero de los más flojos. Lo que me preocupa es que por esta zona aún no había llegado ningún seísmo, todos eran por la parte norte.- Explicó Máximo mientras se levantaba y se colgaba mejor la mochila en el hombro. -Mejor que empecemos a ir hacía ciudad Petalia.

-MÁXIMO.- El nombrado y las chicas levantaron la cabeza, viendo a un chico de pelo verde que venía volando encima de un Altaria.

-Blasco.- Dijo Máximo al reconocerlo, cuando este se bajaba y se acababa de acercar corriendo.

-¿Estáis bien?- Preguntó el chico mientras cogía una bocanada de aire, colocando las manos en las rodillas. Su respiración era muy agitada, hasta el punto de que Saya y Aiko se preocuparon un poco por si se debería estirarse.

-Venga, tranquilo, coge aire.- Dijo Máximo con las manos en sus hombros, en que al final Blasco se sentó y a los pocos minutos ya respiraba con normalidad.

-Perdón por la preocupación, he salido corriendo de casa, y entre los nervios y todo.- Dijo un poco avergonzado mientras se rascaba la nuca, y Altaria le tocaba el morro de manera afectuosa.

-Perdón por asustarte.- Dijo mientras la abrazaba y acariciaba su cuello, fijándose en las dos chicas que estaban al lado del líder.- Encantando soy Blasco.

-Yo soy Saya.

-Y soy Aiko.- Dijeron respectivamente mientras le daban la mano.

-Un placer. Por cierto, ha habido un terremoto ¿Verdad?-Preguntó Blasco mirando Máximo, viendo como este asentía.

-¿Por qué lo preguntas?

-Norman fue a la Nao abandonada para hablar con Rubí.- Dijo mientras se sacaba un objeto rectangular del bolsillo.- Y encontraron esto. Rubí afirma que los días que estuvo allí con Zafiro no lo vieron en ningún momento.

-¿Qué insinúas? ¿Qué había alguien más allí?

Aiko y Saya miraron por encima del hombro de Máximo, preguntándose en silencio que debía ser aquello, pero al no recibir caso alguno se giraron para hablar entre ellas.

Pokémon, Los prismas de HoennWhere stories live. Discover now