¡Atraparme si puedes, Lan Zhan! | WangXian - MDZS.

-Capitulo 16-

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Media hora antes...

—Buenos días, mis más preciados invitados... Les traje el desayuno personalmente hoy. — Ingresando a un sitio oscuro y con un olor inmundo, donde los animales en mal estado se encontraban esparcidas por el lugar. En el lugar se encuentra tres prisioneros encadenados de brazos y piernas de rodillas. Uno estaba en peor estado que el otro. Era como una competencia de quien se volvía más lamentable físicamente. Pero a él no le importó eso.

Tres hombres de diferentes edades y situaciones diferentes en cómo llegaron a ese lugar. Él que tiene más tiempo ahí, era un Joven que cuando estaba vivo era un ser hermoso de ojos esmeraldas y cabello sedoso castaño... Lástima que era discípulos del Clan enemigo. Este mismo Joven ahora es un cadáver que entro en hibernación en todos estos años y hace poco despertó...

— Lamento nuevamente por el desorden. Nuestros sirvientes no pueden saber que ustedes están aquí... ¡Oh! ¿Estas despierto? — Pero Jin GuangYao no lo sabía que este chico había despertado por que fingía estarlo. — Me alegro que pudieras despertar, General Fantasma. No te traje comida... La próxima vez te traeré aunque no puedas comerla. Una lástima...

Sin respuesta, simplemente mirando al suelo fue la reacción del chico.

Acercándose al hombre adulto del lugar, quien tenía la boca cubierta en una fina tela y la barba sobre salía por los lados, su larga cabellera despeinado que caía en cascada por ambos lados de su rostro, su túnica ensangrentado y sucio a su esplendor, surgía un horrible olor que asqueaba a cualquiera que se atreviera a olfatearlo. ¡Ugh! Este hombre cuando se percató que se acercaba, reaccionó violentamente: Tratando nuevamente de jalar las cadenas con la fuerza casi inexistente de sus brazos mientras soltaba sonidos incoherentes.

—Tranquilo, Gege... Sé que no te gusta esta comida pero es tu castigo por no querer colaborar en tu comportamiento. No eres un perro para estar ladrando... — Con calma: Dejo la comida enfrente del hombre quien lo fulmino con la mirada. — Vamos, come, lo necesitas. — Cuando trato de bajarle la cinta, casi es mordido por él hombre. — ¡Uh! Gege, ¡Compórtate, Por favor! — Se echó para atrás por reflejo mientras protegía su propia mano. — ¿Acaso no quieres lo que te traje con cariño?

—...Maldito. — Su voz casi es irreconocible: Rasposa y grave. —...No quiero nada de ti. — Arrastraba las palabras por el dolor de su seca garganta. — Largo... ¡Y déjame morir!

Negando ligeramente, dijo.— No, Gege... No puedo dejarte morir, eres especial para mí. — Se agarra el pecho, fingiendo dolor. — ¿No te importo ni siquiera un poco? Oh... ¿Y tus hermanos... no quieres volver al verlos? — Un potente gruñido lo sobresalto. — Tranquilo, cariño... Solo intento ser amables con todos, inclusos con aquellos que me pisotearon y menospreciaron. — Parpadeando, su expresión fue como todo un teatro entre angustiado, triste y una felicidad cínica.

—...No me sorprende del hijo de una prostituta. — Escupió con rabia.

Suspirando, se sonó ligeramente la nuca. — Una lástima... — Inesperadamente, tomo de sus cabellos fuertemente para estrellarlo de cara a su propia comida, ahogándolo en el proceso. — ¡Una – Verdadera – Lastima! — Alado del adulto, se encontraba un adolescente tembloroso que presenciaba la escena a horrores. ¡E-Están ahogando nuevamente al Señor!

¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo!