-Capitulo 9-

700 87 11
                                    


En la parte trasera del Jardín, frente a un pequeño lago dentro de un manantial: Los Líderes de secta se encontraban platicando en un pequeño banquete de dulces variados, junto una taza de Té de manzanita. El ambiente y la fauna del lugar los relajaba a ambos, tanto así que se mantuvieron en silencio para disfrutar el momento. Pero solo duro unos minutos hasta que un llamado en grito resonó por el Jardín, llegando un niño que venía corriendo apresurado hacia los Líderes quienes los recibieron con una sonrisa.

—¡Tío! — En grito, llamo Jin Lin. Deteniéndose un poco cansado por la carrera. — Oh, Líder de secta Gusu... — Mostro respecto en reverencia ante su Mayor.

En cortesía, Zewu-Jun recibió la muestra asintiendo. — ¿Cómo has estado, Jin Lin? Has crecido mucho desde la última vez que te vi. — Jin Lin avergonzado, no sabía cómo responder ante Zewu-Jun.

—Uhm... ¿Bien? —Sonó en duda. —No quise interrumpirlos. Solo venía a darle un aviso de mi partida al Tío. —El mencionado arrugo ligero su rostro confundido.

—¿A dónde iras? —Interrogo dejando el dulce en la mesa. — Sabes bien que no permito que salgas solo a la calle. Estas en mi cargo ahora, Y si algo te pasa... tu Tío me va a matar. —Recuerda preocupado, causando una ligera risa en Zewu-Jun.

Indignado, se cruza de brazo Jin Lin. —Tengo la edad suficiente para salir solo, Tío. No necesito ningún guarda espalda que me proteja. ¿Cómo puedo demostrar que seré buen Líder si no me dejan defenderme por mi cuenta? —Cuestiona en berrinche.

—Mm... Ya. —Ríe ligero GuangYao. — ¿Dónde irán ustedes dos? —Jin Lin alza ambas cejas un poco sorprendido. — Hablo de Jiang Cheng y tú, A-Lin. ¿A dónde se dirigen esta vez? —Pregunta un poco burlón, riéndose junto a Zewu-Jun ante el gruñido de Jin Lin.

—¡Solo me acompañara porque vamos a pasear! No porque tenga que protegerme. —Asegura bufando. Zewu-Jun le entrega una galleta, aceptándolo. — Solo daremos una vuelta sin rumbo por el bosque. Tío A-Cheng no tiene ningún plan.

—¡Oh! Escuche que en la tarde habrá un evento en el Pueblo Dorado. —Comenta Zewu-Jun, recomendando indirectamente a Jin Lin para que vayan. — Creo que es en tu honor, A-Yao.

—¿En mi honor? —Repite confundido. — No. No que yo sepa. —Admite inseguro. — A-Lin, ¿Por qué no pasas un rato por ahí? Estuviste encerrado por mucho tiempo. Diviértete un rato.

—Sabes que no me gusta mucho las festividades... —Arruga su rostro, rechazando la oferta totalmente. Los eventos y festivales le llegaban a aburrir después de una hora estando ahí sin compañía. Simplemente no toleraba tanta gente amontonada en un lugar. —Además, no podría comprar lo que quisiera por Tío A-Cheng quien insiste que administre mis ganancias en no gastar basura. —Rueda los ojos. — ¡Así no se puede disfrutar un festival con tanta variedad de productos!

En los terrenos Lanling, para la gente: El dinero nunca se agota como las hojas de los árboles. Presumir sus lujos en sus hogares, vestuarios o terrenos, demostraba estatus, poder y grandeza. La gente moribunda es denigrada, ignoradas completamente ante la gente sin querer motivarse a dar un solo centavo para ayudarlos en su situación. Simplemente es muy vergonzoso para los Jin alguien que no tenga prestigio. La gente que rodea en la vida del pequeño Jin Lin siempre le ha enseñado esos valores para nada humilde en cómo ser un orgulloso Jin.

Pero como padre político del niño, se negó rotundamente a que este siguiera esos pasos tan arrogante, soberbio, Y poco humilde en Jin Lin. Jiang Cheng empezó a incautar el dinero de Jin Lin, enseñándole en usarlo cuando es necesario y no en basura. Ayudar a quienes más lo necesiten, no presumir sus atributos a quienes no tienen y aprender a administrar sus ganancias con el esfuerzo del trabajo.

¡Atraparme si puedes, Lan Zhan! | WangXian - MDZS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora