Borrador #NiñoScout

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-¡F*ck!- gruñó Nina.

Los zombis les pisaban los talones, el cansancio ardía y la farmacia estaba aún a tres cuadras de distancia.

-No lo lograremos, no lo lograremos- susurraba Carlos entre jadeos.

-¡Calla! ¿cómo esperas que lo logremos si no dejas esa negatividad?- lo reprendió Nina girando a la izquierda.

-¡Exacto! ¡Realmente no lo espero!- gritó Carlos justo antes de esquivar al zombi que se le acercaba por la calle que cruzaba.

Un poco más... ¡aguanta!

Gritaba Nina en su interior. Las piernas le hormigueaban, la frente le sudaba y el corazón le palpitaba a más no poder. Doblaron a la calle de la izquierda logrando dejar atrás a la horda que los seguía. Les tomó cinco metros más de carrera hasta que finalmente cruzaron el frío umbral de la farmacia, haciendo sonar la campanilla que avisaba la entrada de un nuevo cliente. Los zombis seguían corriendo hacia ellos y no parecían tener intenciones de parar.

-¡Carlos, la silla!- gritó Nina al momento que cerraba las puertas de vidrio con la imagen estampada de una crema reductora de grasa- hay que trabarlas- agregó señalando la silla detrás del mostrador. Con dos pasos rápidos Carlos llegó, tomó la silla y con otros dos largos pasos regresó y colocó la pata de la silla en las manijas.

Se dieron la vuelta y comenzaron con su búsqueda, tenían poco tiempo antes de que los zombis comenzaran a golpear las puertas.

-Toma algodón, alcohol, gasas...- comenzó a decir Nina nerviosa mientras revolvía los estantes.

-Shh, yo sé qué tomar- interrumpió Carlos.

-Claro, Niño Scout, cómo olvidarlo- bufó Nina metiendo algunas cajas de pastillas en su mochila.

-¿Cuántas veces tengo que decirlo? no me digas...

Niño Scout. Eso hubiera dicho de no haber caído inconsciente; y no habría quedado inconsciente de no ser por el dardo tranquilizante clavado en su pantorrilla izquierda.

-¡Carlos!- gritó Nina al mismo tiempo que corría en su dirección para detener la caída- ¿qu..

Un fuerte golpe en su cabeza la hizo tambalearse.

¿Qué está pasando?

-Ahh- soltó un gemido antes de desplomarse junto con el cuerpo inmóvil de Carlos, siendo un peculiar cabello naranja y unos ojos marrones su última visión antes de sumirse en la oscuridad.

-

Una hora atrás

-¿Pueden repetir la lista entonces?- dijo Fer.

-Ah, sí- suspiró Clary- armas, comida, agua, ropa, auto, gasolina, productos de higiene personal y botiquín médico

-¿Eso es lo que falta? ¿Todo eso?- preguntó Carlos.

-Lamentablemente sí- contestó Nina- Lo poco que tenemos para defendernos son palos y cuchillos

-Y mi taladro- dijo Valo.

-Y su taladro

-Y los sartenes- agregó Clary.

-Sí, también eso- acordó Nina y continuó- la comida ya casi se acaba y la mitad de lo que queda está a punto de caducar si no es que ya lo hizo; el agua que trajimos del internado ya se acabó al igual que el agua del tinaco, o sea, ya no sale agua de la llave y la poca que nos queda de la que hervimos nos alcanza para tres platos de sopa

-¡Uh! ¿Tenemos sopa?- preguntó Luisfer.

-No, no tenemos- respondió Elí.

-Además, del botiquín solo nos queda una botella de alcohol, dos curitas, una venda y tres pastillas de penicilina- dijo Nina volteando a ver ligeramente a Nohemí al pronunciar las últimas palabras- lo demás, podría decirse que no es necesario pero, de poder conseguirlo, sería mejor.

-Okey, okey, sí nos faltan cosas- asintió Carlos- ¿por dónde empezamos?

-Prioridades mi joven Padawan- respondió Luisfer- lo más importante es la comida

-Tú solo piensas en comida- rió Fer- yo digo que empecemos por las armas- dijo frotándose las manos como villano de caricatura.

-Yo digo que mejor ustedes no digan nada- dijo Carlos guiñándoles un ojo, provocando un gruñido tanto en Luis como en Fer.

-Cálmense. Ciertamente, esas dos cosas son las más importantes, así que podríamos ir por ambas al mismo tiempo- interrumpió Nohemi posando una mano en el hombro de cada uno- podemos ir en tres grupos

Apocalipsis zombi...¡¡Corre!! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora