Un día nuevo para todos otra vez, y aunque suene así de aburrido para algunos o interesante para otros, así llegaba a ser la vida cotidiana para cada uno de los prisioneros aquí descritos. Cada uno buscaba su forma de desahogo y alguna manera de distraerse de su propia realidad, olvidar que les llevaría una eternidad salir de ahí, y en otros este último término aplicaría de forma literal, nunca verían su liberación hecha realidad, jamás serían parte del mundo común de nuevo.
Aviella se encontraba ahí, justo en la hora de la comida por la tarde. Tomar una comida bien merecida después de un arduo trabajo en la lavandería y comenzar a ejercitarse se sentía casi como un gran premio para ella. La chica hacía fila en el lado de las mujeres, esperando a su turno. Tenía tanto adelante como atrás a sus compañeras de pandilla, todas tenían un buen ver para el resto de la prisión, y era toda variedad de mujeres. Desde facciones rudas, rostro suave, elegantes, maduras y una grandísima variedad más. Era un grupo numeroso.
—Oye, cariño, ¿ya le has echado un ojo a alguien de por aquí? —mencionó una mujer alta detrás de Aviella, colocó su mano en el hombro de ella con toda confianza. Entre todas se trataban como hermanas.
—Uh, aún no realmente. ¿Dejan hacer eso aquí? —preguntó Aviella, tenía un poco de duda acerca de las relaciones dentro de la propia prisión.
—Si te refieres a eso, no. Tienen muy bien vigilado casi todo, aunque otras chicas se las arreglan bien para tener su propio negocio —aquella mujer lo malentendió, la mayoría solían ser así, algo malpensadas.
—¡No! —dijo algo tímida—. Yo me refería a las parejas.
—Ay, corazón, haberlo dicho antes —hizo una pequeña pausa para carcajear por lo inocente que se veía Aviella—. Es posible, no se lo niegan a nadie, aunque no es muy común. Aquí solamente es una relación de un día y olvídate de todo, ¡ja! —dijo de una forma muy vanidosa.
—Ya entiendo...
—No es bueno que estés con un tipo de aquí, ellos sólo buscarían joderte y hacerte todo tipo de mierdas. Nos tienes a nosotras, cielo. No te abandonamos —dio un beso coqueto en la mejilla de ella como una forma de compañerismo, Aviella cerró su ojo del lado del beso, un gesto tierno.
Aviella pasó y tomó su ración, luego fue hasta la zona de los comedores a inspeccionar todos los asientos libres. La pandilla de la chica daba la libertad de reunirse con quien quisieran, pero generalmente todas las chicas se sentaban juntas en el mismo sitio. Desde su posición alcanzaba a ver a todas las personas disponibles en el sitio, observaba a los hombres y mujeres sentados en su sitio, a veces ambos sexos se mezclaban entre sí en los comedores. Logró divisar a Kane, su maltratado cabello azul era muy fácil de distinguir. Se daba cuenta de que solamente estaba con él cuando estaban en las labores, y no le parecía mala idea acompañarlo.
Con su bandeja en mano se aproximó para estar con su compañero. Vio que estaba reunido con otros dos chicos más. Tal y como ella se lo pensaba, era un chico algo solitario. Realmente aún no lo conocía por completo, las pláticas ocasionales que llegaban a tener en sus labores no eran más que para conversar cómo iba el día y las cosas que planeaban hacer, pocas veces se tomaban la molestia de hablar de sí mismos.
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Before Dan
FantasyKane Wrek es un criminal del reclusorio Delacks en una época futura donde la humanidad ha tenido más conflictos que avances tecnológicos. Por un suceso imprevisto, él y sus compañeros logran efectuar el escape, pero su liberación se ve perturbada po...