Kane Wrek es un criminal del reclusorio Delacks en una época futura donde la humanidad ha tenido más conflictos que avances tecnológicos. Por un suceso imprevisto, él y sus compañeros logran efectuar el escape, pero su liberación se ve perturbada po...
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Kane tenía visiones de su vida pasada mientras no estaba consciente, solamente escuchaba y tenía sensaciones de movimiento rápido, una respiración agitada, alguien huyendo de algo o de alguien, y a sus alrededores el llanto de un hombre y una mujer al mismo tiempo. Sentía miedo, un terror profundo, no sabía lo que tenía delante, no sabía el camino que recorría, todo estaba oscuro y nada tenía sentido, hasta que tropezó con algún objeto.
El chico abrió los ojos, lo primero que pudo sentir fue el dolor en su rostro y en los brazos. En el techo veía un foco brillante, y bajo su espalda sentía una cama extrañamente cómoda, claramente supo sin pensarlo mucho que no estaba en la cama de su celda. Volteó como si estuviese asustado hacia ambos lados viendo sus alrededores, estaba en una especie de pequeña clínica, y en una silla logró ver a una mujer robusta sentada viéndolo.
—¿Qué pasó? —preguntó Kane hacia ella.
—Creo yo que te metieron una brutal golpiza —respondió ella.
—Sí, sí. Por desgracia eso es algo que recuerdo bien a detalle —movió sus brazos para tocar su rostro, sentía inflamado cerca de la zona de su ojo—. Joder, duele un montón.
—Sí, eso quiero imaginarme —la mujer se puso de pie y acompañó a Kane a la entrada, a las afueras de la pequeña clínica—. Por fortuna no te quebró nada, solamente tienes parte del rostro inflamado y con moretones, también los brazos, en un par de días se te pasará.
Kane miró hacia sus brazos, recogió las mangas largas de su uniforme y en ambos tenía moretones enormes que abarcaban gran parte de su piel, cualquiera que viera esto sentiría escalofríos de lo horrible que se veía, incluso él mismo.
—Está bien, muchas gracias por todo —antes de irse, Kane recordó preguntar algo importante para él—. Por cierto, ¿qué le hicieron al bastardo este? —se refería a Francis.
—Según yo, lo encerraron como por 5 días en aislamiento. Sé que te causaba inquietud eso, puedes tranquilizarte.
—No es eso, sólo quería saber si le dieron su merecido a ese perro —le dio la espalda a la enfermera—. Gracias de nuevo por todo, hasta luego.
El chico fue directo hasta donde estaba su celda, se movía con cuidado, no sentía que su energía se hubiese repuesto del todo, por lo que estaba cansado. En su camino muchos de los reclusos que iban a sus alrededores lo miraban, algunos murmuraban cosas entre sí, pero no se acercaban a él. Kane sospechó que se había hecho de más reputación por el enfrentamiento que había tenido, y a pesar de que no ganó dicha pelea, sí fue capaz de darle batalla y enfrentarlo sin miedo, y en esto fue el primero en confrontarlo puño a puño, los demás lo veían con respeto por ser esa primera persona de todo el reclusorio en hacerlo. Era de mañana, pero ya había pasado la hora del desayuno, no alcanzó a comer, y ya no podría ir a pedir nada para alimentarse, por lo que simplemente se encaminó hasta la lavandería para continuar sus labores. A pesar de estar en tal estado, él sabía que debía continuar y que en la prisión nadie tenía compasión por los reclusos, después de todo, eran el desecho de la humanidad.
