Kane Wrek es un criminal del reclusorio Delacks en una época futura donde la humanidad ha tenido más conflictos que avances tecnológicos. Por un suceso imprevisto, él y sus compañeros logran efectuar el escape, pero su liberación se ve perturbada po...
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Contar todo lo que sucede en ese horrible reclusorio debe ser aburrido después de un tiempo, ¿no? Entonces vamos hacia los sitios de ensueño que creó la humanidad en estos últimos 50 años.
En la prisión no había nada destacable, prácticamente todo el que estaba ahí parecía estar estancado en el año 2020, pero los avances tecnológicos permitían que ese sitio tuviera mejor seguridad: sensores de movimiento, cámaras escondidas y mejoradas, y un perímetro del cual era imposible escapar así nada más. Pero fuera de esos muros estaba una población civilizada saliendo de entre los escombros de las devastadoras guerras que habían retrasado enormemente los avances tecnológicos en el mundo, casi todo el presupuesto había sido dirigido a armas militares, exotrajes, explosivos y todo instrumento para causar dolor y sembrar el terror en los campos de batalla.
Pero allá en las ciudades más avanzadas estaba la tecnología más sana y de uso doméstico. Los vehículos se diseñaron para ser enormemente más eficientes y utilizar únicamente energía eléctrica que era extraída de núcleos de energía prácticamente infinitos que se instalaban en el interior. Estos núcleos fueron prácticamente el sustento eléctrico de toda la Tierra cuando se descubrió su elaboración en una misión espacial, y muchas de las fuentes de energía quedaron completamente obsoletas, aunque aun existían algunos aparatos que generaban energía a la antigua.
La arquitectura de todas las estructuras fue diseñada para soportar los peores cataclismos e incluso para ocultarse bajo tierra cuando la guerra se avecinara, todas las ciudades parecían estar en el futuro. Pero todo estaba muy lejos antes de que existieran los carros voladores, robots andando por las calles libremente, viajes en el tiempo o que los extraterrestres llegaran en paz. La economía del mundo estaba dañada todavía, habían barrios antiguos que aun conservaban el estilo de hace años, y en ellos habitaban personas en pobreza o de escasos recursos, quienes tenían apenas para mantenerse a sí mismos.
Los avances en la medicina fueron un total acierto de la humanidad, ahora era común encontrar personas que llevaran puestas prótesis que sustituían las extremidades originales de quienes las habían perdido, incluso algunos reemplazaban partes enteras del cuerpo como el tórax o partes del abdomen, todo esto estaba perfeccionado y podía ser controlado y sentido por medio de conexiones nerviosas hacia el cerebro. Incluso los órganos sintéticos ya eran cosa común en ese mundo. Con esto era lógico suponer que la sociedad estaba en parte divida por personas que tenían en su mayoría partes robóticas, convirtiéndolos en, sí, cyborgs. Aún así estos casos no eran muy comunes, la mayoría de las veces el cuerpo no soportaba tantas intervenciones médicas de ese tipo, y en vez de salvarse su propio pellejo, terminaban pereciendo.
Sin duda alguna, allá afuera las cosas siempre estaban bien, dentro del punto de vista de alguien que ha sido privado de la libertad por años, había quienes llevaban tanto tiempo encerrados que no tenían ni la más mínima idea de lo que ocurría en el exterior, la única manera de la que se daban cuenta era por medio de rumores que entre todos se esparcían como una enfermedad.
