Prólogo

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No era muy corriente que los hombres lobo y los humanos tuvieran contacto, de hecho estos últimos no sabían ni siquiera de la existencia de ellos.

Aún así, Camile,  una joven chica de apenas dieciocho años, se enamoró de Aylan, uno de ellos y en uno de los descuidos de ese hombre lobo ella descubrió lo que él era. Un ser cuya apariencia podía cambiar a su antojo. Mitad hombre y mitad animal. Eso la fascinó. Finalmente, Aylan y Camile tuvieron un varón y doce años más tarde una niña. Ambos habían heredado de su padre la habilidad de transformarse en hombres lobo. Sin embargo su hija, Hope, había obtenido otras habilidades además de la de transformase. Nació marcada por el fuego. Eso era algo permanente que llevaría consigo misma hasta el final de sus días. Eran seres poco comunes.

Aquellos hijos e hijas de lobos que nacieran con dicha marca albergaban el control del fuego, era un elemento que jugaba a su favor, si bien ellos querían, podían utilizarlo como escudo o como arma. Si mantenían un buen control de su poder y habilidad con el fuego también podían curar a los demás. Como debilidad, a la hora de curarse ellos mismos tardaban lo mismo que un humano. No se les consideraba betas, normalmente eran omegas aunque con un buen entrenamiento estarían a el mismo nivel e incluso podían superar a en el mejor de los casos a un alfa. Es por ello, que muchos lobos los consideraban una amenaza y buscaban su exterminio.

Aylan, horrorizado por saber la naturaleza con la que nació su hija decidió abandonarla. Camile se negó a dejar a Hope, lo que supuso una gran disputa entre ambos causando la marcha de Aylan con su primer hijo Hernán, el cuál pensó que irse con su padre sería la mejor opción dado lo que él y su padre eran.

Y así lo hizo, ya había criado a una criatura como esa antes, e incluso había estado bastantes años junto a uno. Sabía perfectamente que tenía que hacer. 

Hope crecía rápido y Camile no pudo mantener el secreto de lo que ella era por mucho tiempo, por lo que tuvo que contarle a una temprana edad el significado de su marca grabada en rojo con forma de llamas en su piel. Le explicó que nadie debía saberlo porque si no se pondría en peligro.

En esta región hay dos campamentos de entrenamiento para hombres lobo, de esta manera son adiestrados y pueden potenciar su poder, sus sentidos, su fuerza, y su velocidad. Les enseñarían estrategias, su agilidad mental mejoraría y estarían preparados para pelear si fuese necesario con otras manadas.

Los hombres lobos sabían que su propia especie estaba guiada por la diosa Luna, y que esta había dotado a unos pocos de ciertas habilidades. Si estos resultaban ser peligrosos gracias a estos entrenamientos podrían tener alguna oportunidad y no la segura e inevitable derrota.



Compañera de un alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora