❦︎✵𝑨𝒍𝒈𝒐 𝒎𝒂́𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒖𝒏 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒕𝒐✵❦︎ (𝑾𝒐𝒏𝒉𝒐 𝒚 𝑻𝒖́)

☾︎❦︎ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 28❦︎☽︎

— Si piensas ir para pelearte con Sehun entonces no vamos. —dije dejándome caer en el marco de la puerta de mi habitación—

— No habrá pelea si él no se pasa de la raya, de todos modos puedes estar tranquila por mi.

— Si no es por ti por lo que tengo que estar tranquila, si no por Sehun, temo por su vida.

— Haces bien preocupándote por su vida. — dijo poniéndose algo de perfume, haciendo que mis cosas nasales se inundaran de ese peculiar olor varonil que tanto me encantaba—

— Te pasas, aveces pareces un mafioso. — dije divertida mientras me acerqué a uno de los cajones de mi mesita de noche y saqué un perfume caro que solo tengo para ocasiones especiales y me lo apliqué—

— ¿Tanto se me nota? —soltó y segundos después desapareció de mi vista—

— ¿Tanto se le nota? ¿Como que si tanto se le nota? —agarré un bolso negro y bajé hacia el salón donde se encontraba Wonho agarrando las llaves del coche—

— ¿Vamos? —dijo dirigiéndose a la puerta—

— —Asentí con la cabeza, me acerqué a la puerta junto a él y después de abrirla, ambos salimos—

Una vez terminamos de bajar todas las escaleras, nos aproximamos al coche que se encontraba frente al portal, antes de montarme en la parte del copiloto Wonho llamó mi atención con un toque en el hombro y me entregó las llaves del deportivo.

— ¿Quieres que conduzca? —dije sorprendida—

—Quiero volver a vivir la escena de tu conduciendo está bestia —dijo con una pequeña sonrisa—

Sin más, rodeé el vehículo para montarme en la parte del piloto, esperé a que Wonho cerrase su puerta y una vez los cinturones abrochados, arranqué y me puse en marcha hacia la nueva discoteca que se encontraba algo lejos de donde yo vivía.

Cuando ya nos encontrábamos en una gran avenida, giré buscando la aprobación en el rostro de Wonho y cuando una sonrisa cómplice se dibujo en su cara supe que era el momento.
Cambié de marcha y pisé el acelerador haciendo que aquella bestia aumentara la velocidad. Era impresionante ver cómo transeúntes se giraban en busca de la procedencia del sonido de aquel motor.

— ¿A qué te referías con lo de "tanto se me nota"?  —pregunté de una vez por todas—

— Dentro de poco lo entenderás. —dijo con una rodilla divertida—

— ¿No serás un mafioso no?

— Dentro de poco lo entenderás —volvió a repetir—

— Eso no es una respuesta, no has dicho ni si ni no, ¿Como me debo de tomar eso?

— Tómatelo bien, dentro de unos días te contaré cosas importantes de mi vida pero todavía no.

— Bueno lo que tú digas viejales.

— Y dale con el apodo, ¿Nadie te a enseñado a respetar a tus mayores? —dijo haciéndose el ofendido—

— Es que tu no te mereces mis respetos viejales. —dije divertida—

— ¿A sí? Pues despídete bien del coche porque va a ser la última vez que vas a poder tocar la palanca de cambios. —dijo haciendo referencia a que no volvería a conducirlo—