21.La aldea.

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Hyō abrió los ojos y recuperó todos los sentidos, estiró sus brazos y recibió a cambio una oleada de aire fresco. A juzgar por el silencio que rodeaba el bosque, los demás aún no habían despertado.

Bajo sigilosa de la rama que le había servido para descansar, sin olvidar la cuerda que le había funcionado como soporte al árbol para evitar una caída y se deslizó hacia el árbol en donde habían apilado sus pertenencias. De este pequeño montículo de cosas separó cuidadosamente su mochila, que era en realidad un pedazo de tela oportunamente doblado y extrajo de él un cepillo bastante precario que ella misma había tallado la noche anterior.

Habían pasado ya dos días desde el reclutamiento del dragón azul y ahora se dirigían hacia donde, según Kija, se encontraba el dragón verde.

Hyō paso el cepillo de tres dientes por su cabello y lo peino en un sola trenza gris, atando las puntas con un pedazo de tela. Miró a su alrededor, todos dormían aún, respirando pausadamente, parecían tan tranquilos que no se atrevía a moverse. Aquella vista se volvía lentamente rutina y su corazón no podía más que respirar aliviado. 

Shin-ah se movió entre sueños acostándose de lado, en el acto su máscara se  deslizó  parcialmente hacia la derecha. Hyō se acercó a él y se puso de cuclillas,  jamás había visto un rostro como ese, su piel era casi tan blanca como la suya y sus facciones eran hermosas. Sin embargo, pensó Hyō tendrá sus razones para ocultarse, así que poso sus dedos cuidadosamente por el borde de la máscara para acomodarla en su lugar, pero a pesar de sus esfuerzos por ser silenciosa, su cinturón tintineo por el movimiento y el joven abrió pesadamente el único ojo suyo que estaba a la vista.

Hyō contuvo el aliento y se quedó quieta, pero el chico cerró de nuevo sus ojos y su respiración le indicó que estaba de nuevo en el mundo de los sueños. Hyō exhalo recobrando el aliento mientras se ponía de pie y se alejaba del chico. Regresó al árbol donde se había cepillado el cabello y se sentó inquieta.

-Hermoso- sin siquiera pensarlo susurro lo primero que le vino a la cabeza, no había otra palabra para expresar lo que acababa de ver.

-Hermoso- repitió y esta vez se dio cuenta de lo que estaba diciendo, su rostro se puso escarlata y sintiendo el calor subirle a la cabeza se levantó de un tiro. En un intento de espabilarse reunió la leña restante del día anterior y la juzgo como poca, reunió sus armas y fue en busca de más. A su regreso, el campamento seguía igual de silencioso así que rebusco entre las cosas de Yoon y preparó un desayuno a su estilo o más bien, se podría decir al estilo del país de Xing.

-Wow- susurró Yoon, sobresaltándola- Huele bien- dijo mientras se paraba sacudiéndose. Se acercó a ella e inspeccionó la comida, a juzgar por su mirada parecía pensar que la había juzgado mal.

-Alguien se paró temprano- dijo Hak, esbozando un gran bostezo. Un poco más tarde se le unió Yona, Kija y finalmente Shin-ah, cuya máscara estaba indudablemente en su lugar.

El desayuno fue considerado un manjar, pues además de haber encontrado una planta de menta Hyō había complementado su caldo de pescado con unas cuantas bayas silvestres. Su mañana había estado, por así decirlo, ocupada. Después de encargarse de levantar el desayuno y todos sus utensilios, se colocaron alrededor de la fogata para decidir su destino.

-Si seguimos derecho- empezó Yoon- nos toparemos con la capital Saika y el castillo Hiryuu. Así que sugiero rodiemos la zona mientras verificamos la dirección en que Kija, cree está el dragón verde.

Todos estuvieron de acuerdo con el plan del día así que recogieron el campamento e iniciaron el camino. Hyō aún bastante alterada, decidió evitar a toda costa al dragón azul. Primero pensó en la pláctica que había tenido con Hak acerca de los dragones, sería buen momento para preguntárselo a Kija pero él y Shin ah parecían inseparables, aunque no pareciera que estuvieran hablando mucho. Hyō miro hacía el frente y ahí estaban Hak y la princesa; desde la noche en que habían nombrado al dragón azul, Hyō había sentido entre ellos una pared y no quería incomodarlos. Así que después de todo su única opción era caminar sola o con Yoon, y este último no había demostrado ser mala compañía, así que se acercó a él.

Akatsuki No Yona.Erendini. #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora