El viaje había durado tres días y Hyō seguía con la cara en la ventana, mirando fuera de su carroza como gente desconocida caminaba presurosa, dentro y fuera de aquella jaula que se atrevían a llamar castillo, explotando en bullicio y alegría.
No.
Ahora que habían entrado en la ciudad no parecía que el silencio fuera a regresar.
Comprendía que era un día especial, y que aquellos seres, a los que pertenecía, solían hacer este tipo de festividades pero no llegaba a adivinar el hecho de que celebrasen la vida de una persona ajena que ni siquiera habían visto de cerca.
Suna, a su lado, parecía pensar lo mismo, pero el se extrañaba observando como aquella gente que permanecía alegre pronto retornaría a sus labores diarios, regresando de nuevo a una vida que para muchos de los presentes no era suficiente y que sin embargo, permanecían alegres disfrutando esta pequeña distracción que el cumpleaños de su princesa les otorgaba.
Después de toda una mañana recorriendo innumerables calles de suelos grises, la carroza por fin detuvo su paso, encontrando ante sí al gran castillo hiruyuu.
Hyō y Suna bajaron de la carroza uno tras el otro y fueron recibidos junto a los demás por un par de pajes, que tras afirmar su identidad les guiaron a la sala central, donde se llevaría a cabo el banquete.
Mirando a su alrededor Hyō admiro la belleza de la sala, pero no pudo ignorar el exorbitante color rojo que rodeaba absolutamente todo y que, sin embargo, parecía hacerle un elogio a la joven de cabellos igualmente rojos que se erguía al centro de la sala, saludando y empatizando con lejanos personajes de importancia que, acudían más por la retribución de su visita que por gusto y alegría, felicitándola hipócritamente con sonrisas de falsedad y, aunque Hyō no era muy distante a esas razones, miraba desde lejos esperando no tener que pertenecer a dichas reuniones.
Miró a la joven retirarse pareciendo desobedecer órdenes de su padre y correr fuera junto a un joven de cabellos dorados. Una vez desaparecida la joven pelirroja, Hyō centro su vista en las mesas de comida que se encontraban alrededor del gran salón, perdiéndose lentamente en los colores que se mostraban en ellas. Azul, azul.
-Hyō ven un momento- Yori, el Emperador, llamó su atención colocándose a su lado y le hizo un ademán para que se acercara con él al señor Emperador de Kouka.
-Emperador Il - dijo el, posándose frente al emperador y colocando a Hyō a su lado. -Esta es mi joven y única hija, Hyō Kin-.
-Buenas tardes, señor Emperador- Hyō colocó las manos en su regazo y le dedicó una reverencia de profundo respeto. El emperador la miró y a la par que la joven se erguía de la reverencia le dedicó un sonrisa.
-La princesa Yona es también mi única hija- dijo el Emperador Il, mientras miraba de reojo al Emperador de Xing y devolvía casi al instante la mirada a Hyō, sonriendo de nuevo - Al igual que tú, Yona es aún una niña. Supongo que usted Emperador comprenderá lo que digo-. El semblante del Emperador Il seguía mostrando un aire de despreocupación que a opinión de Hyō no cuadraba del todo con su voz, que le daba a sus palabras un tono particularmente serio.
-Hak, manda llamar a Yona - un joven alto, de cabello negro asintió y se marchó siguiendo el camino que la joven princesa de Kouka había tomado tiempo atrás. Hyō no había reparado en el muchacho, que respondía al nombre de Hak, y le pareció que su caminar era fuerte sin ser tosco, desvío su mirada lentamente pasándola por toda la habitación pero pronto se detuvo en un par de ojos negros que la escrutaban descaradamente, su corazón se sintió pesado, y apartó la mirada de su joven hermano. Había algo en ese par de ojos que le inquietaba ¿Pero que sería?
Los pies de Hyō comenzaron a moverse en un vaivén incesante mostrando su aparente nerviosismo.
-La Princesa Yona se encuentra en sus aposentos, Señor-.
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20/Ago/2016
Hola, disculpen mi tardanza😨 tratare de subir capitulo cada viernes o sábado vale?.😌
Voten y comenten.😉..
Nota: Este capitulo esta pequeño ,prometo que el próximo tendrá mas extensión.
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Akatsuki No Yona.Erendini. #wattys2019
Fiksi Penggemar"Al nacer la primera mujer hija de un emperador, ella será la única digna" profecía del legendario reino Xing. Hyō Kin, la única princesa del reino de Xing, se ve envuelta en la lucha por el trono de su país y, durante un viaje al reino vecino de K...
