El sonido de sus esfuerzos retumbaba sobre el peñasco. Yona, Yoon y kija trataban con toda su fuerza desenterrar el camino por el que habían venido en busca del dragón azul, al que sin duda habían encontrado, pero sin muy buenos resultados.
-Quién desea el poder del seiryuu es un enemigo- había dicho el, apenas separando los dientes y apuntando amenazadoramente a Yona con su espada -Tu ... tu ¿Quien eres?- había susurrado el más para sí que para ella, mientras su mano temblaba y se acercaba más a ella- Yo, yo no te conozco ¿Por qué?- vaciló y con esto ultimo quizá quería preguntarle ¿Por que su mano temblaba?¿ Por qué escuchaba en su cabeza a voces decirle que ella era su maestra? no la conocía y aún ¿Por qué había sentido la necesidad de de protegerle?
- Seiryuu, yo no soy tu enemigo- había dicho ella con franqueza- busco el poder de lo dragones para que yo y mis amigos podamos continuar viviendo- y ofreciéndole su mano continuo - yo quiero que vengas conmigo, quiero ser tu amiga-.
- ¿Amigo?- había suspirado él con ilusión, sin embargo, sus labios se apretaron hasta convertirse en una fina linea, se alejo de Yona y se volvió a sentar espalda contra la roca.- Yo.... mi poder está maldito..... jamás debe salir de esta cueva, es demasiado peligroso- Yona hizo de ademán de volver a hablar pero fue acallada por su voz.
-Váyanse - dijo el, pero ninguno de ellos se movió- ¡Váyanse! - rugió.
Así que lo habían dejado allí solo.
En el camino de regreso Yona fruncía el ceño, sentía que dejaba atrás a alguien muy importante. Al avanzar más hacia afuera escucharon voces cada vez más fuertes y al llegar a ellas se encontráron a Kija rodeado de gente, justo en ese momento sintieron el piso bajo sus pies temblar, haciéndoles tambalear y después de lo que pareció una eternidad el temblor se detuvo pero para entonces el pasadizo por el que habían entrado se encontraba enterrado bajo las rocas que se habían desprendido del peñasco.
Tratar de abrirse paso entre las rocas probó no ser fácil, aún con toda la ayuda de los aldeanos que los habían seguido y por consiguiente habían terminado por ser enterrados con ellos.
"No puedo darme por vencida" pensó Yona mientras arremetía contra las piedras con una hoz en mano, sin embargo, ahí adentro el aire se había concentrado y le era difícil respirar. Sus ojos fueron desenfocándose lentamente y perdió el equilibrio, lo último que pudo escuchar fue el tintineo de un cascabel y la voz lejana de Kija, que sin entender muy bien le había dicho a alguien que la llevara a.... algún lado.
Finalmente cuando recobró la conciencia, sintió a su alrededor mucho calor y abrió los ojos encontrándose cara a máscara con seiryuu, quien la había envuelto en la piel que colgaba de su máscara.
- No..., estoy bien- dijo ella e intentó quitarse la piel del seiryuu, pero este se la volvió a colocar testarudo y encima recargo en ella la peculiar ardilla a la que él había llamado Ao.
¡Pokyuu!
Yona presenciaba una vez más la amabilidad de seiryuu pero ... ¿Por que nadie lo entendía? ¿Porque todos se empeñaban en verlo como una amenaza? sus ojos se empañaron.
-No es justo- dijo ella dejando caer algunas lágrimas- no es justo que te abandonen así. Tan solo te he conocido y ya quiero ser tu amiga ¿es eso insensato?- suspiró ella bajando la cabeza, se limpió las lágrimas con su manga y levantó la cabeza.
- Sabes ... - dijo más para sí mísma que para él- Todavía puedo ayudar - se paró sacudiéndose la falda, le regresó su piel y se encaminó de nuevo hacia el lugar donde tanto Kija como Yoon trataban de hacer un lado las piedras que les impedían salir. Pero antes de salir de la cueva se dio medio vuelta y observó a aquel joven.
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Akatsuki No Yona.Erendini. #wattys2019
Fanfiction"Al nacer la primera mujer hija de un emperador, ella será la única digna" profecía del legendario reino Xing. Hyō Kin, la única princesa del reino de Xing, se ve envuelta en la lucha por el trono de su país y, durante un viaje al reino vecino de K...