La puerta se abrió lentamente, dejando ver lo que adentro escondía .
La habitación era de gran extensión; la primera parte estaba rodeada de grandes pilares que le daban forma circular y en el centro de ésta se encontraba una mesa de baja estatura, en la que Fukuro solía tomar el té, justo detrás de ésta se encontraba un ventanal que daba fuera, al patio en el que Hyō solía entrenar.
Hoy, frente aquella ventana, se encontraba el Emperador mirando, como era su costumbre, el cielo a través del cristal.
-Yori, Hermano- de nuevo alguien había entrado sin el haberse percatado.
Fukuro aprovecho la confusión de su hermano, dejó el marco de la puerta y fue a sentarse al otro lado de la mesa .- ¿A qué se debe su presencia, Señor Emperador? - Fukuro tomó una tetera y sirvió el té de ambos. El emperador, que ese día vestía de un azul celeste, permaneció callado mientras miraba la ventana y rompió su silencio en cuanto diviso a Hyō saliendo apurada para alcanzar a un joven de similar edad, era Natlatl el hijo de Fukuro y por consiguiente su sucesor.
- Haz echo un buen trabajo Fukuro Kin - dijo el emperador, volviendo su mirada hacía su hermano, Fukuro. - me parece justo decir que ya puede valerse por sí misma y aseguró es estupendo. Tendrá que ser fuerte, ya sabes cómo será esto; he escogido ya a los 5 candidatos para relevarme en mi puesto- y dicho esto guardó silencio, esperando a que su hermano replicara.
-Si, he escuchado algo por el estilo- dijo el mientras tomaba un pequeño sorbo de su te. Fukuro había nacido como el heredero del clan kin, pero el emperador jamás le llego a solicitar, y siendo así, a él solo le tocó observar la situación de sus hermanos. Asesinatos, desapariciones, todo para llegar a ser Emperador. Era parte del protocolo escoger 5 jóvenes, pero todos sabían que solo uno sería elegido.
-He recibido una oportuna invitación del reino de Kouka, la princesa cumplirá años y el emperador Il ha solicitado nuestra presencia, me parece será una auténtica oportunidad para presentar a mis sucesores-. Yori tomo con aire despreocupado la taza de té y sorbió un trago .
-Me dices todo esto porque.... ¿Has escogido a Hyō?-Fukuro estaba confundido, había considerado esa posibilidad pero siempre le había parecido descabellada. Se acomodo en su silla y miro al igual que su hermano el cielo a través del cristal. Hyō era fuerte, pero no sabia si podría manejar aquello.
-Si- Fukuro miro de nuevo al Emperador y logró ver preocupación en su rostro, después de todo era su hija . Nadie mejor que Yori Neo, el Emperador, para saber a lo que la joven se enfrentaría
-La he escogido-.
º. º. º. º.
Sus pies se movían con tal agilidad que apenas tocaban el suelo, si hubiese estado sola los arboles no notarían su presencia, los animales seguirían su rumbo sin siquiera inmutarse y el pasto abrazaría su paso; si lloviese de pronto, las gotas caerían por su espalda como si de una roca se tratase y los rayos penetrarían el bosque con descuido. Pero no, no estaba sola, y los pasos de aquellos que la acompañaban eran pesados, fuertes y desdeñosos.
Hyō detuvo su paso y olisqueo el aire.
-¿Hueles algo? -un joven de piel morena se detuvo a su lado mirándola expectante. Hyō asintió como toda respuesta y agachándose prosiguió a inspeccionar el suelo a su derecha siguiendo un camino entre los árboles.
- Alto- exclamó Natlat a aquellos jóvenes que habían seguido su trote por delante de ellos.
Natlat conocía a Hyō desde mucho tiempo atrás, la había visto crecer y había crecido con ella; pero eso no había evitado sus pensamientos cada que la joven parecía encontrar algo durante una cacería. Sus movimientos eran tan naturales que le hacían creer que no había ser que conociera mejor el bosque que ella, sus cabellos se unían al viento en su danza primaveral y su cuerpo, en una ilusión vaga que parecia tomar forma animal.
-Por allá- Hyō se enderezó, rompiendo así el hechizo-¡Parece ser un oso, uno de gran tamaño!- cernió su atlatl a su espalda con la ayuda de una cuerda y señalando una vez mas la dirección en la que suponía estaba el animal, partió en su búsqueda.
-¿Habéis visto eso?- pregunto el joven que había estado a su lado.
-Vámonos Ika- reprendió Natlat, siguiendo a Hyō por el bosque, perdiéndose en la espesura de los arboles.
El sol ya se había ocultado en las montañas y el líder del clan kin miraba por la ventana esperando el retorno de la heredera; pero su vista se perdía de vez en cuando, vagando y escrutando los pensamientos de su cabeza, llevaba ya un rato de esa manera y empezaba a cansarse. Se levantó y caminó al otro lado de la habitación, tomó su shamisen, que había estado reposando en sus aposentos y se retiró por la misma puerta por la que había entrado horas mas temprano.
Se dirigió al patio central que daba hacia el bosque y una vez allí se sentó colocando su shamisen en su regazo, poco después comenzó a tocar una melodía triste.
Cuando aun los reinos eran jóvenes aquella melodía tuvo letra pero ahora era ya desconocida y solo quedaban los mitos acerca de ella, se creía que la canción hablaba de la desgracia de la hija del jaguar .
Hyō escucho a lo lejos aquella melodía y su corazón se volvió triste. Desde pequeña aquella canción le había fascinado, hizo que fukuro le enseñase shamisen solo para tocar aquella melodía, pero las notas se metieron a su corazón causándole añoranza de algo que no comprendía.
Pronto Hyō fue visible para su maestro y este la esperó paciente, la joven venia acompañada de Natlat, Ika y los demás jóvenes de su tribu, que venían felices por la cacería de aquel día. Hyō se despidió de Natlat y se acercó a Fukuro.
-¿Bonita la luna que se presenta hoy, no te parece? - Fukuro había dejado de tocar y ahora miraba al cielo ya oscuro.
-Si, es cierto- reconoció ella mientras copiaba a su maestro y miraba al cielo.
-Hyō- la llamó -mañana debes estar lista. Tu padre ha pedido tu presencia, y debes partir lo antes posible.--Pero ¿A dónde iré?- pregunto ella mirando con incredulidad a su maestro, tío y padre. Fukuro le devolvió la mirada y no pudo ocultar en sus ojos la preocupación así que miro de nuevo a la luna.
-Lejos, irás muy lejos pequeña.-
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2/ago/16
Voten y comenten. 😉
Por favor chicos no copien mis ideas y sean creativos, todos los personajes hasta ahora me pertenecen a mi.
Pronto veremos a yona y hak. 😘
Shamisen:En multimedia tenemos a natlat, hijo único de fukuro. Ika por si se preguntaban es un integrante del grupo de natlat.
Edición 29-07-2020
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Akatsuki No Yona.Erendini. #wattys2019
Fiksi Penggemar"Al nacer la primera mujer hija de un emperador, ella será la única digna" profecía del legendario reino Xing. Hyō Kin, la única princesa del reino de Xing, se ve envuelta en la lucha por el trono de su país y, durante un viaje al reino vecino de K...